Economía

Theresa May se desmarca de Thatcher en primer discurso económico

La próxima primera ministra de Reino Unido prometió una reforma del gobierno corporativo similar al sistema imperante en Alemania, donde los trabajadores conforman la mitad de los consejos de supervisión en las empresas.

El Reino Unido habrá votado por salir de la Unión Europea (UE), pero si su próxima primera ministra logra hacer las cosas a su modo, es posible que sus compañías terminen pareciéndose un poco más a las de países de la UE como Alemania o Francia.

Theresa May, que se apresta a convertirse en primera ministra después de que su única rival abandonó la contienda, prometió el lunes una reforma del gobierno corporativo que incluye designar representantes de los empleados en los consejos de administración.

La medida dejaría al Reino Unido más cerca del sistema imperante en Alemania, donde los trabajadores conforman la mitad de los consejos de supervisión en las empresas.

May, que defendió la permanencia del Reino Unido en la UE pero estará a cargo de supervisar su salida, prometió reprimir los excesos de las grandes empresas, como la remuneración a los ejecutivos.

Al hacerlo, marcó un alejamiento radical de las políticas de la última mujer que fue primera ministra en el Reino Unido, Margaret Thatcher.

"Thatcher destruyó los sindicatos", dijo Ingo Speich, administrador de fondos en Union Investment en Fráncfort. "Incorporarlos al consejo de administración, aunque sea como directores no ejecutivos, es una clara señal enviada a los mercados de que las cosas están cambiando".

En su primer discurso importante sobre la economía, May describió su visión para la actividad comercial del Reino Unido, exhortando a llevar adelante una estrategia que defienda a sectores importantes contra las compras extranjeras (una política que suele asociarse a Francia antes que al Reino Unido, tradicionalmente más volcado al libre mercado).

Destacó el infructuoso intento de Pfizer por la compra de AstraZeneca  dos años atrás como un ejemplo que ilustraba su pensamiento.

May criticó indirectamente al ministro de Hacienda y Tesoro, George Osborne, cuando dijo que en los últimos años no se hizo lo suficiente por implementar una "reforma económica profunda".

Su propuesta de sumar representantes de los empleados a los consejos de administración de las empresas va más allá de la plataforma electoral del Partido Laborista opositor en 2015, que exigía la representación de los empleados en los comités corporativos de remuneración.

"Quiero ver cambios en la forma que se gobiernan las grandes empresas. Las personas que manejan grandes empresas deben ser responsables frente a los de afuera", dijo May.

"En la práctica, provienen de los mismos pequeños círculos profesionales y sociales que el equipo ejecutivo".

En su discurso del lunes no expresó cuántos empleados se sumarían a los consejos de administración ni cómo se seleccionarían.

"¿Cómo funcionará?" dijo Alex Flynn, portavoz de Unite, el sindicato más grande del Reino Unido. "Si va a haber representantes de los empleados, deben ser elegidos democráticamente y designados por un sindicato reconocido. En las empresas donde no hay una representación gremial interna, tiene que haber un diálogo entre los trabajadores y la dirección".

La propuesta de May probablemente no llegue a ser como el sistema en Alemania, conforme el cual la mitad de los puestos en los consejos de supervisión deben otorgarse a representantes de sindicatos o comités de empresa.

La otra parte representa a los accionistas y el presidente es generalmente quien decide en una votación en el consejo de supervisión, que toma las decisiones estratégicas en tanto otro consejo maneja la gestión día a día.

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