Si el pronosticador interno del gobierno ruso tiene razón al decir que los precios deprimidos del petróleo vinieron para quedarse, los déficits fiscales del país no se irían hasta fines de la década, según una encuesta de analistas de Bloomberg.
Bajo la proyección del Ministro de Economía según la cual el petróleo promediará los 40 dólares el barril hasta el 2019 inclusive, los libros no se van a equilibrar sino hasta el 2020 o más tarde aún, de acuerdo con 23 de los 28 analistas.
Cuatro de ellos esperan que los ingresos se alineen a los gastos recién después del 2025. Las autoridades buscan el ahorro fiscal de un punto porcentual del Producto Interno Bruto por año para que se equilibre el presupuesto para el 2019, lo cual según muchos economistas es la mejor esperanza que tiene el gobierno para impulsar el crecimiento.
El desafío del presidente Vladimir Putin, es administrar el país en una era de austeridad, con una economía hecha pedazos y elecciones en este año y para el 2018. Un período de déficit sin precedentes durante los 16 años que Putin lleva en el poder significa que el gobierno tendrá que evitar que estalle el presupuesto luego del colapso del petróleo.
"Pese a que el estímulo fiscal y monetario a gran escala resulta normalmente muy eficaz para la reactivación de la actividad económica en el corto plazo, no van a mejorar las perspectivas a largo plazo de la economía rusa," dijo Sergey Narkevich, analista para Promsvyazbank PJSC en Moscú. "Por el contrario, es alta la probabilidad de que su aplicación desestabilice los sistemas presupuestario y financiero".
Para cubrir la brecha, el Ministerio planea transferir unos 2 billones de rublos (30 mil millones de dólares) en 2016 desde el Fondo de Reserva, una de sus arcas de riqueza soberana, después de haber canalizado 2.6 billones de rublos en el 2015. Ese fondo tenía 45 mil millones a fines de abril, en tanto que el Fondo de Patrimonio Nacional ascendía a 73.9 mil millones.