Economía

Pegaría a inversión plan fiscal de Trump

Las medidas fiscales propuestas por el gobierno de Estados Unidos, como la repatriación de capitales con una tasa de 10 por ciento, aumentaría la inversión en ese país pero a costa de los flujos a otras naciones como México, señalan especialistas.

El nuevo gobierno de Estados Unidos prevé aplicar una serie de medidas fiscales que afectarían los niveles de inversión en México.

En especial, son tres las medidas que impactarían más: la primera es la implementación de un Border Adjustment Tax (BAT), que favorecería la producción en territorio estadounidense. La segunda, una menor tasa del ISR corporativo, de 35 por ciento hasta un 20 o 15 por ciento, que haría que muchas empresas prefieran invertir en EU. La tercera es un estímulo único para la repatriación de capitales con una tasa de 10 por ciento, explicó Carlos Capistrán, economista en jefe de Bank of America Merril Lynch.

"Esto tendría un efecto de aumentar la inversión en Estados Unidos, a costa de los flujos que van a otros países, incluido México", dijo a El Financiero.

Con el BAT, las empresas que fabrican en EU con insumos del extranjero no podrán deducir los costos por importaciones —en el cálculo de su ganancia—.


Económicamente hablando, el BAT sería equivalente a gravar las importaciones, pues se le aplicaría la tasa del ISR, que pasaría de 35 a 20 o 15 por ciento, explicó David Cuéllar, socio de PwC.
Este cambio tendría un mayor efecto en las fábricas que son altamente importadoras.

Mientras que las que utilizan insumos fabricados en territorio estadounidense para producir y vender en EU o al exterior, se verían beneficiadas por la exención en el pago de impuestos por exportar, además de la baja en el impuesto ISR corporativo, expuso por su parte Carlos O. Martínez, socio de PwC.

"El efecto innegable del BAT es que el precio final de los bienes que se venda al consumidor de EU va a crecer, teniendo efectos inflacionarios, pero que se pueden ver contrarrestados con una mayor depreciación del peso", consideró Juan Francisco Torres Landa, socio director de Hogan Lovells.

Además de menores inversiones del lado mexicano, se corre el riesgo de enviar menos productos manufacturados de México a EU y el desplazamiento de fábricas a territorio estadounidense.

No obstante, se espera que estos movimientos se vean cuando haya una propuesta discutida y aprobada; mientras tanto, las empresas realizan ejercicios financieros para visualizar el impacto, dijo Lissett Taufes, socia de PwC.

CONSECUENCIAS EN AMBOS LADOS

Ante este escenario, México podría responder con un mecanismo similar, corriendo el riesgo de que dé inicio una guerra comercial que representaría pérdidas para empresas tanto en México como en EU.

"Lo veo como una última instancia, pues terminaríamos afectando a las industrias. Responder de la misma manera a Estados Unidos, representaría quejas por parte de empresas que le venden a México", dijo Manuel Valencia, director de la carrera de Negocios Internacionales del Tec de Monterrey.

La reducción de tasas corporativas del ISR de 35 a 20 por ciento, como lo propone Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes, o hasta 15 por ciento como lo propone Trump, es medular en la serie de propuestas fiscales.

Así como un impuesto único de 10 por ciento sobre las utilidades a las empresas de capital estadounidense que están fuera del país (estimadas en 2.5 billones de dólares).

"En el corto plazo va a haber una especie de bonanza, pero en el mediano y largo plazo, en un esquema donde reduzcas tasas, no necesariamente recuperes todo el flujo, generes gasto público y utilices el apalancamiento monetario, se va a generar un déficit de las finanzas públicas en Estados Unidos que va a obligar a recapacitar estas medidas. Con tal de generar una bonanza inmediata están dispuestos a volver a generar un déficit más adelante", dijo Torres Landa de Hogan Lovells.

Añadió que la política de los republicanos, con George Bush hijo, buscó traer capitales de vuelta a Estados Unidos, dejando cuentas públicas insanas.

El impuesto sobre la renta de las empresas de EU es uno de los más altos dentro de la OCDE, por lo tanto el presidente Trump buscará reducir la tasa impositiva.

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