La crisis de las refinerías latinoamericanas resultó una bendición para los productores de combustible de Estados Unidos.
De Petrobras a Pemex, las petroleras estatales no logran completar nueve proyectos por valor de por lo menos 36 mil 400 millones de dólares que habrían suministrado 1.2 millones de barriles de gasolina y diésel por día. Las refinerías estadounidenses han acelerado el ritmo para contribuir a llenar ese vacío.
Las exportaciones casi se duplicaron en los últimos seis años, según la Administración de Información de Energía (EIA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
La caída del precio del petróleo, los altos niveles de deuda y la imposibilidad de encontrar socios para ayudar a financiar los planes son algunas de las razones que mencionaron Pemex, Refinadora Costarricense de Petróleo de Costa Rica y la colombiana Ecopetrol para posponer los planes. Petrobras de Brasil se ha visto frenada por la caída de los precios así como por un escándalo de corrupción.
"Los planes de inversión de las refinerías de la región se han frustrado en el último año aproximadamente", dijo Mara Roberts, analista de BMI Research en Nueva York. En tanto Valero Energy, Marathon Petroleum y PBF Energy subieron el ritmo operativo de sus refinerías.