Economía

El nuevo aeropuerto costará 15 veces más que la presa La Yesca

El primer paquete de licitaciones se presentará en septiembre por un valor de 95 mil millones de pesos, cerca de la mitad de los 208 mil millones que puede llegar a costar la obra.

El Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) se posiciona no sólo como el proyecto más importante del presidente Enrique Peña Nieto, sino como el de mayor inversión al menos en lo que va del siglo XXI; aunque el alza del dólar, sus dimensiones, y en general su elevado costo, supone un reto enorme para la actual administración.

Las dimensiones del proyecto son tales que se requerirán cerca de 15 veces la inversión destinada a la presa La Yesca, la segunda mayor hidroeléctrica del mundo tras la presa de las Dos Bocas, en China; y muy por encima de los recursos para los gasoductos de Los Ramones, que se encuentran en proceso de construcción.

El gobierno prometió presentar el primer paquete de licitaciones para la construcción del NAICM en septiembre por un valor de 95 mil millones de pesos, cerca de la mitad de los 208 mil millones que puede llegar a costar esta infraestructura que pretende aliviar la congestión que existe en el actual aeropuerto de la capital de México.

Pero las tensiones presupuestales que enfrenta el gobierno federal, ante la caída de los ingresos provenientes de las ventas del petróleo al exterior, pueden orillarlo a buscar otras fórmulas de financiamiento para que la iniciativa privada participe hasta con 70 por ciento del capital frente al 42 por ciento que se tenía previsto en el plan original, según fuentes oficiales consultadas por la agencia internacional Reuters.

El director de la consultora Inteligencia Pública, Marco Cancino, considera que la Secretaría de Hacienda deberá ponderar la importancia que le otorgue a este proyecto insignia de la actual administración, pues ante los recortes presupuestales que se anunciaron para el siguiente año, y un posible mayor ajuste ante la caída de los precios del crudo, deberán decidir cuánto esfuerzo pondrán sobre esta infraestructura.

"No podemos dejar de invertir en algo que en el futuro nos va a generar ingresos y proyectar el crecimiento", opinó el analista.

Los cambios del financiamiento al proyecto del nuevo aeropuerto, cuya primera etapa pretende culminarse a mediados de 2018, también pueden modificar las perspectivas iniciales sobre el control que tendrá el gobierno sobre el recinto, pues una mayor participación de capital privado supone otorgarles más parte de los beneficios que genere una vez que se ponga en marcha, consideró el catedrático del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Raymundo Tenorio.

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