Brasil

Goliza de Alemania no le cambia el juego a Dilma, aseguran analistas

Especialistas indicaron que los precedentes históricos apuntan que el rendimiento de la verde amarela tiene poco que ver con el panorama electoral; en cambio precisaron, será la economía el factor clave en las próximas elecciones.

BRASILIA.- La paliza que Alemania le propinó a Brasil en la Copa del Mundo fue un balde de agua fría para un país que comenzaba a entusiasmarse con ser anfitrión del torneo, pero la humillación de la derrota difícilmente cambiará el panorama para las elecciones presidenciales de octubre.

Antes de la caída por 7 a 1 del martes, la aprobación a la presidenta Dilma Rousseff había mejorado porque los brasileños sentían la emoción de ver como su equipo avanzaba a semifinales de un Mundial que, en general, ha sido reconocido por el interés que ha suscitado y una logística en general buena.

El entusiasmo se volvió desesperación el martes y le quitó a Rousseff el factor de optimismo en el camino a una elección que se anticipa muy disputada, y en la que busca un segundo mandato.

Además, lleva al país a volver su mirada a la realidad de una alta inflación, una economía sin brillo y un descontento generalizado con la calidad de los servicios públicos y el enorme gasto para el Mundial, lo que ya había generado protestas el año pasado.

Algunos analistas del mercado creen que la derrota fue tan devastadora para la mentalidad del país que sólo puede perjudicar a Rousseff en su campaña.

"Creemos que nuestra opinión ya manifestada, de que la oposición probablemente ganará, se refuerza por lo que legítimamente puede ser visto, desde la perspectiva de Brasil, como una trágica derrota deportiva", dijo el economista de Nomura Tony Volpon en una nota a clientes.

No obstante, los analistas políticos dicen que el impacto de los triunfos o pérdidas tienen corta vida en las campañas electorales, incluso la paliza que el martes le dieron los alemanes a los brasileños.

Dicen que hay factores más importantes para esta elección, sobre todo el alza de los precios en una economía débil.

"Cualquier impacto que la derrota tenga en la elección en tres meses más será marginal", dijo João Augusto Castro Neves, de la consultora en riesgo político Eurasia en Washington.

"Si Rousseff pierde la elección en octubre será probablemente más por la economía y no por la Copa del Mundo", dijo en una entrevista telefónica.

Las encuestas muestran que Rousseff sigue siendo la clara favorita para los comicios del 5 de octubre, pese a que sus contendientes han recortado distancia en los últimos meses.

ECONOMÍA ES LA CLAVE

Los precedentes históricos muestran poca correlación entre el desempeño en una Copa del Mundo y los resultados de las elecciones en Brasil.

En 2002, Brasil derrotó a Alemania para convertirse en campeón del mundo por quinta vez, pero aun así el líder opositor Luiz Inácio Lula da Silva derrotó al presidente Fernando Henrique Cardoso en las urnas.

Lula logró la reelección con facilidad en 2006, cuando Brasil cayó en cuartos de final ante Francia, y Rousseff, con el apoyo de Lula, consiguió la victoria en 2010, unos meses después de que Holanda eliminó al país sudamericano en Sudáfrica.

Para Rousseff, el mayor riesgo de organizar la Copa del Mundo nunca fue el desempeño de su equipo en la cancha, sino su capacidad para organizar con éxito el campeonato.

El desastroso fin a las esperanzas de Brasil de obtener la Copa en su tierra por primera vez podría ciertamente dañar los números de Rousseff en las encuestas, en el corto plazo.

Sin embargo, el malestar difícilmente provoque grandes protestas callejeras o se convierta en un asunto significativo en la elección.

"Yo tomaría cualquier lectura de las encuestas en las próximas semanas con algo de escepticismo, porque esto se calmará", dijo Castro Neves, quien predice que Rousseff tiene un 70 por ciento de probabilidades de ganar.

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