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Polarización en Brasil después de elecciones complica más a Rousseff

La polarización de opiniones que ha quedado en Brasil, después de las elecciones ha provocado odio entre los ciudadanos, lo que hará que el país sea más difícil de gobernar y deja a Rousseff poco margen de error para reparar el daño.

Antonio Gonçalves descubrió que un adhesivo de campaña puede generar problemas después de la elección que más división ha provocado en Brasil en por lo menos 68 años.

Gonçalves dijo que iba circulando el 1 de noviembre con su esposa, su suegra y su hija de seis años por la explanada de edificios públicos en Brasilia, donde descubrió a manifestantes que exigían el juicio político para la presidenta reelecta Dilma Rousseff.

Rodearon su auto, que exhibía adhesivos a favor de Rousseff, y comenzaron a golpearlo. Una ventanilla se rompió y su hija comenzó a gritar.

"Ese odio por el prójimo simplemente por estar del lado contrario es incomprensible", dijo Gonçalves, de 32 años, por teléfono desde Brasilia, donde trabaja como gerente de proyecto en uno de los ministerios. "Yo participo activamente en política porque me gusta, y nunca había visto una actitud ni siquiera parecida".

La elección del 26 de octubre dividió a Brasilia tanto en términos regionales como de clase y dejó un clima de polarización y una acrimonia sin precedente desde la vuelta de la democracia en 1985, según Thiago de Aragao, socio y director de estrategia en la firma consultora política Arko Advice. Esto hará que el país sea más difícil de gobernar y deja a Rousseff poco margen de error para reparar el daño, dijo.

"La vida será mucho más difícil para ella de aquí en más", dijo Aragao por teléfono desde Brasilia. "No tiene 100 por ciento de lealtad en su partido, su principal partido aliado está dividido al medio entre los que la apoyan y los que no, y no tiene absolutamente ningún puente de diálogo con la oposición".

MARGEN ESTRECHO

Rousseff derrotó al senador Aecio Neves por 3,3 puntos porcentuales, el margen más pequeño en una elección presidencial brasileña por lo menos desde 1945.

Ganó prometiendo ampliar la asistencia social –y atacando a Neves sobre la base de que desbarataría esos programas y aumentaría el desempleo, poniendo en peligro las conquistas de más de 30 millones de brasileños que salieron de la pobreza durante los 12 años de gobierno del Partido de los Trabajadores, o PT.

Neves dijo que Rousseff había manejado mal la economía y que su partido está implicado en el escándalo de corrupción que se está dando en la compañía estatal Petroleo Brasileiro SA.

Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña, PSDB, dijo en su primer discurso ante el Senado después de perder la elección que cualquier diálogo con Rousseff dependería de las propuestas del gobierno y de una decisión de ampliar una investigación por corrupción.

La negativa de reunirse con la presidenta contrastaría absolutamente con ejemplos establecidos por políticos brasileños como Luiz Inacio Lula Da Silva del PT, que mantuvo negociaciones con el presidente saliente, Fernando Henrique Cardoso, del PSDB después de ganar la elección presidencial en 2002.

En junio de 2011, Rousseff escribió una carta a Cardoso felicitándolo por cumplir 80 años donde reconocía la importancia de haber controlado la inflación en Brasil.

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