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Obama: el presidente ‘antinegocios’ que ha sido bueno para los negocios

En entrevista con Bloomberg, Obama habla sobre el libre comercio, la regulación a bancos y por qué sus hijas no trabajarán para Wall Street. (Primera de tres entregas)

Poco después de las 14:30 horas el lunes 13 de junio, nos sentamos con el presidente Barack Obama en la Oficina Oval, que es exactamente del color beige que todos conocemos por la televisión, pero más pequeña de lo esperado; es un edificio antiguo, después de todo. Obama nos ofreció café a los tres: John Micklethwait, editor en jefe de Bloomberg ; Megan Murphy, jefa de la oficina de Bloomberg News de Washington; y Ellen Pollock, editor en jefe de Bloomberg Businessweek. Habló brevemente sobre el tiroteo en Orlando, para luego cambiar de tema: "Muy bien, hablemos de la economía".


BUSINESSWEEK BLOOMBERG: El mercado de valores se ha triplicado, las ganancias son muy altas, y sin embargo, todavía tiene esta etiqueta de ser una figura antinegocio. ¿Cómo interpreta en eso?

OBAMA: Bueno, en primer lugar, hacia el final de mi segundo mandato, creo que entre la comunidad empresarial hay tal vez un mayor reconocimiento, un reconocimiento menos a regañadientes, de que superamos la peor crisis financiera y económica de nuestras vidas con éxito, sin duda con más éxito que muchos de nuestros pares. Ahora tenemos un PIB de 10 por ciento por arriba que el previo a la crisis; en Europa, por ejemplo, apenas lo están igualando.

Como mencionas, el mercado de valores, obviamente, ha tenido una gran recuperación, pero para la gente de a pie creo que es más relevante que hemos reducido la tasa de desempleo a la mitad. Hemos sido capaces de tener el periodo más largo de meses consecutivos con crecimiento del empleo en el sector privado en nuestra historia; el mayor desde los 90 con la manufactura. La industria automotriz ha tenido una gran recuperación y está vendiendo más coches que nunca, hemos duplicado la producción de energía limpia, nuestra producción de combustibles fósiles ha superado todas las expectativas. Hemos sido capaces de hacer crecer a la economía, reducir el desempleo y reducir el déficit en alrededor de tres cuartas partes, medido como porcentaje del PIB. Así que es difícil discutir con los hechos.

Creo que en el punto en el que la comunidad empresarial ha expresado más quejas acerca de mi administración es por la regulación. Y, sin embargo, si nos fijamos en el resultado es indiscutible que nuestro sistema bancario y nuestro sector financiero son más seguros y más estables que cuando llegué a la oficina. Ahora, lo que también es cierto es que los beneficios bancarios no son tan descomunales como lo eran, pero no considero que eso sea malo, y creo que la mayoría de los estadounidenses no lo hace así tampoco.

¿Cree que es benéfico que la regulación reduzca la rentabilidad, en lugar de sólo hacer el sistema más seguro?

Nuestra intención no ha sido reducir las ganancias por el simple hecho de reducirlas, nuestra intención ha sido la de reducir el comportamiento imprudente que dio lugar a ganancias desmedidas. Creo que el hecho de que es más difícil aprovechar formas que amenazan la estabilidad de la economía en su conjunto es positivo para la economía estadounidense. Puede reflejarse en términos de menor rentabilidad para algunas de las actividades bancarias, pero mi argumento ha sido siempre que se empiece a ganar dinero a la antigua. No apostar, invertir.

Jamie Dimon, el director ejecutivo de JP Morgan Chase, señaló: "No creo que en los próximos 10 años se pueda ver a un banquero en un rol de alto perfil en Washington". ¿Cree que así sea?

No hay duda de que el sector bancario recibió un golpe tras Lehman. Lo interesante es que al principio de mi administración a menudo señalaban que yo, o que Tim Geithner o que otros avivamos las llamas del sentimiento antibanca, y tenías que explicarles que no, que lo que estaba avivando las llamas es que la gente había perdido sus casas y sus ahorros. Con suerte, ha habido un poco más de reflexión por parte del sector bancario.

Hay CEOs en los bancos, incluyendo a alguien como un Jamie Dimon, que creo que son inteligentes y personas de negocios destacadas, pero tienen diferentes papeles que desempeñar. Su trabajo es servir a sus accionistas, maximizar los beneficios y dirigir un negocio. Mi trabajo como presidente de Estados Unidos es asegurarme de que el sistema en su conjunto sea estable y que la economía en su conjunto esté bien servida por un sistema sano, que funcione y que asigne capital de manera eficiente. Y eso significa que los intereses de cualquier banco individual o de la banca no siempre van a ser congruentes con los intereses de la economía en su conjunto. Eso no debería ser una sorpresa, y diría que el pueblo estadounidense debe sospechar si cualquiera que esté ocupando este cargo piensa que todo lo que es bueno para 10 bancos de forma automática es bueno para Estados Unidos. Incluso los banqueros no deberían querer que su presidente piense de esa manera.

Establecimos regulaciones que hacen que las hipotecas sean más simples e inteligibles para los consumidores, eso puede ser malo para alguien en el corto plazo si su modelo de negocio se basa en otorgar préstamos inestables a los consumidores. Pero en realidad va a ser bueno para el mercado de la vivienda y para el sistema financiero en su conjunto si las personas saben lo que están comprando y que puedan pagar las hipotecas que asumen.

Algunas de las reglas han significado que es más difícil conseguir un préstamo. Algo así como el 58 por ciento de hipotecas aprobadas van a los candidatos más ricos, y la propiedad de vivienda entre los afroamericanos es baja. ¿Dónde está el equilibrio allí?

Bueno, lo interesante, y lo hemos revisado con mucho cuidado, es que no hay duda de que ha habido algún retroceso y decisiones más conservadoras por parte de los prestamistas. Pero a menudo, no son producto directo de las regulaciones. Es una consecuencia que ellos replanteen su modelo de negocio. Y si hablas con algunos banqueros, lo que van a decir es: "Mira, estos préstamos no son tan rentables para nosotros", o "estos préstamos a pequeñas empresas puede que no valgan la pena ni el papeleo". Y eso es independiente de los requisitos en la regulación; por lo general, lo que vemos es un péndulo, después de una crisis financiera, a menudo hay un retroceso por parte de la industria bancaria. Mi presunción es que va a terminar aflojando, y cuando lo haga, es cuando te quieres asegurar de que esas regulaciones estarán para evitar algunos de los excesos que hemos visto en el pasado.

¿Así que es poco probable que usted vaya a trabajar a Wall Street?

(Risas)

¿Sería feliz si sus hijas acabaran trabajando en Wall Street?

Bueno, estoy bastante seguro de que mis hijas no van a terminar trabajando en Wall Street. Pero mira, yo realmente creo que una de las grandes ventajas comparativas que tenemos como país es nuestro amplio, profundo y sofisticado sector financiero. Esto significa que hay más capital fluyendo en este país, el cual puede ser dirigido a startups y pequeñas empresas. Y queremos que siga siendo así. Pero sí creo -y esto no es sólo mi sesgo; creo que muchos economistas comparten este punto de vista- que si se llega al punto en el que el 40 por ciento de la economía es absorbido por el sector financiero y que nuestros mejores y más brillantes terminan sólo en finanzas en lugar de ingenierías o ciencias de la computación, entonces realmente podríamos perder nuestra ventaja competitiva con el paso del tiempo.

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Hemos hablado de algunas de las cosas positivas de la economía, pero todavía estamos viendo una productividad muy baja y un crecimiento del PIB en torno a un 2 por ciento. ¿Qué medios ve para el crecimiento ? ¿Y cree que algo fundamental ha cambiado?


Bueno, yo soy un optimista innato sobre las perspectivas de la economía estadounidense y la economía mundial en general. Si nuestras expectativas son duplicar el crecimiento aquí en Estados Unidos, eso ocurrió justo después de la Segunda Guerra Mundial, cuando Europa fue destruida, Japón fue destruido, la mitad de Europa estaba detrás de una cortina de hierro y miles de millones de personas en China e India estaban sufriendo bajo ya sea el régimen comunista, en el caso de China, o enfoques económicos socialistas que sofocaban la creatividad, el crecimiento y la innovación en India; tenemos que ver eso como un periodo único en nuestra historia. Pero sí creo que podemos crecer mucho más rápido de lo que estamos creciendo en este momento, y creo que podemos crecer más rápido que cualquier otra economía desarrollada.

Algunos de los cimientos que hemos colocado, creo, nos ponen en la posición para lograrlo. Las inversiones que hemos realizado en investigación y desarrollo, las inversiones que estamos haciendo en energía limpia, la inversión que hacemos en educación y formación laboral, esas son las cosas que puede que no tengan una recompensa hoy, pero sí la tendrán en 5 años a partir de ahora, dentro de 10, 20.

Sólo para dar un ejemplo sencillo: cuando entré a la oficina, empezamos a trabajar tanto con el sector público como con el privado, con compañías como Intel, por ejemplo, para responder cómo vamos a generar más ingenieros. Y nuestro objetivo ha sido generar 100 mil ingenieros más, pero también profesores en ingeniería, y realmente centrarse en la enseñanza de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. Eso ayudará al crecimiento de la productividad en el largo plazo, incluso aunque no se note en el año uno, dos o tres de la iniciativa.

Las cosas que no hemos hecho que tenemos que hacer, que podrían hacer una enorme diferencia, son propuestas que he realizado y que el Congreso ha bloqueado hasta ahora. La más obvia es en infraestructura; esos son trabajos que no pueden ser enviados al extranjero. Esos son los empleos que los economistas te dirán que crean un efecto multiplicador en toda la economía, y además sientan las bases de la productividad a largo plazo. Y en un momento en el que el capital es tan barato, no hacerlo es una locura.

El hecho de que no hayamos arreglado nuestro sistema migratorio de una manera inteligente es contrario a lo que nuestra experiencia nos dice; en comparación con Europa, China o Japón, una de nuestras mayores ventajas es atraer nuevos talentos, luchadores que quieren venir a este país, que están dispuestos a tomar riesgos enormes para llegar hasta aquí y luego van a tratar de iniciar un nuevo negocio e impulsar a comunidades enteras que han caído en tiempos difíciles. Eso lograría una diferencia significativa.

Hacer que las universidades sean más asequibles, para que todos nuestros jóvenes tengan estudios después de la preparatoria: si nuestros trabajadores están mejor entrenados y tienen habilidades superiores, eso nos hace más productivos. Así que hay una serie de cosas que podríamos hacer en este momento y que serían realmente una diferencia en el impulso para la productividad. También creo que un aumento de los salarios en proporción de la economía en su conjunto nos ayudará a crecer.

¿Cuál cree usted que debe ser el salario mínimo ideal? Usted ha dicho antes que 12 dólares, ¿pero qué tan alto puede ir?

Esto es lo que yo propondría de forma general: quien trabaja a tiempo completo en nuestra sociedad debería estar por encima de la tasa de pobreza. Y eso podría significar algo diferente en Manhattan que en un pequeño pueblo de Arkansas u Oklahoma. Pero lo que es absolutamente claro es que hay un cierto umbral por encima del cual se pueden pagar las cuentas y por debajo del cual no se puede.

Ahora, lo que nuestra historia económica parece indicar es que cuando los trabajadores tienen suficiente parte del pastel global, lo gastan, la confianza del consumidor crece y las empresas son más propensas a invertir. Uno de los problemas que tenemos actualmente, y me refiero a CEOs que me dicen, "Mira, si estamos creciendo al 2 por ciento, entonces no necesito hacer inversiones importantes para obtener una ganancia, sólo tengo para asegurarme de que, a través de la automatización y otros medios, mantenga los costos tan bajos que haré dinero vendiendo básicamente la misma cantidad de cosas". Si tienes trabajadores con un mejor salario, entonces tienes un mercado más grande que te quieres ganar.

Y lo que también sabemos es que cuando la gente ve un cierto aumento modesto en sus salarios, termina teniendo un efecto virtuoso en la economía en su conjunto. Así que creo que a medida que avanzamos hacia una economía donde, debido a la automatización, necesitas cada vez menos gente para hacer más y más cosas, cada vez más de nosotros vamos entrar en el sector de servicios, y éste ha tenido históricamente salarios bajos. Y para asegurarnos de que no vemos esta creciente brecha entre ricos y pobres, con una clase media que se encoge, vamos a tener que asegurarnos de que el sector de servicios pague mejor.

Piensa en lo difícil que es en este momento para un joven, idealista, que quiere dedicarse a la enseñanza ser parte de la clase media como maestro. No hay rol más importante para nuestra economía que el de los muy buenos maestros, pero en este momento, la forma en que nuestra economía está estructurada, es muy difícil para los jóvenes el tomar esa decisión a menos que sus padres los apoyen de una manera bastante significativa.

¿Cuál es la respuesta a ese problema?

Bueno, este es un ejemplo para que reflexionemos, cómo les pagamos a nuestros profesores, cómo a nuestros trabajadores de la salud. Cada vez más personas entrarán en ese sector. Esos son los sectores, por cierto, donde las ganancias no van a ser tan rápidas, ya que, por definición, la interacción con un niño o ayudar a una persona mayor en terapia física están menos sujetos a la automatización. Así que vamos a tener que tomar algunas decisiones más profundas en términos de cómo las personas que dedican su vida en trabajos muy importantes son compensadas.

Mi punto más amplio, sin embargo, es que creo que ha habido una tendencia entre los economistas, empresarios, expertos, en plantear este conflicto entre las cuestiones de equidad y distribución, frente a la eficiencia. Y mi argumento es que debemos estar invirtiendo en aquellas cosas que van a hacernos más eficientes, como la infraestructura, investigación y desarrollo, la educación, el comercio, lo cual me pone en conflicto a veces con algunos miembros de mi partido. No soy alguien que crea que podemos cortar la cadena de suministro global y de alguna manera seremos más productivos, incluso si eso fuera posible. Pero también creo que si se combinan esas cosas que nos hacen más eficientes y más productivos con una estrategia de aumento en los salarios de aquellas personas que están pasando a los servicios, entonces conseguiremos no solamente un mayor crecimiento económico sostenido, pero, además, se obtendrá el consenso político que es necesario para ser más eficientes con el tiempo.

Mañana: lo que piensa Obama sobre el libre comercio y la postura de Trump

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