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Cuando los perros viajan en jet privado...

Las mascotas de personas adineradas viajan en solitario, en jets privados con trato especial y aperitivos de mil dólares, que van desde carne Kobe o de arroz pilaf con salmón; generando un exclusivo nicho de mercado, ya que un vuelo de este tipo cuesta alrededor de 67 mil dólares.

Mientras millones de personas se apiñan para viajar en días festivos, algunos pasajeros de cuatro patas vuelan en aviones privados.

El repunte que Estados Unidos vio este año en los viajes con aeronaves ejecutivas significa que más perros y gatos también vuelan a tutiplén. Además de las ventajas que ofrecen estos vuelos privados y del espacio para estirar las piernas, poder traer a bordo a peludos acompañantes puede justificar el precio de un boleto, que no es barato.

Un vuelo operado por Jet Edge International promedia 67 mil dólares, y la compañía también cobra un depósito reembolsable por mascota de dos mil dólares en caso de accidentes a bordo. El cliente promedio de la compañía tiene un patrimonio de mil millones de dólares, según el CEO Bill Papariella.

Permitir que los animales acompañen a sus dueños es "una de las principales razones por las que las personas contratan vuelos privados", explicó Papariella en una entrevista. "Ellos no quieren ir a Aspen o a sus vacaciones o a su segunda residencia sin sus mascotas".

Para los que tienen recursos, un vuelo chárter o un jet de propiedad compartida es una atractiva alternativa a los límites que imponen las aerolíneas para transportar perros o los riesgos de dejarlos en la bodega. Es un nicho de mercado que también abarca los bocadillos para perros hechos a mano (un aperitivo de mil dólares de carne Kobe o de arroz pilaf con salmón), aeromozas especiales e incluso vuelos sólo para ellos sin su dueño.

Para el inversionista de bienes raíces Alan Box bien merece la pena. Hace una década compró una cuarta parte de un Learjet a través de la empresa de leasing Flexjet, impulsado principalmente por el deseo de garantizar que su familia disfrutara de una escapada a su rancho en Crowheart, Wyoming, con todo y perros.

Box, de 63 años, vivía en ese entonces en el condado de Fairfax, Virginia, como director general de la cadena radiofónica EZ Communications. Las conexiones de los vuelos comerciales entre Denver y Jackson Hole, Wyoming, habrían sido imposibles con Ribsy y Cody, sus dos labradores Retriever.

"Nosotros pensamos que eran demasiado grandes. No creímos que fuera seguro o que realmente valiera la pena" llevarlos en un vuelo comercial, dijo Box, quien ya vendió su parte del jet porque murieron sus mascotas.

ACEPTAMOS PERROS

NetJets Inc., la división de aeronaves de lujo del conglomerado Berkshire Hathaway de Warren Buffett, llevó mascotas a bordo en 9 por ciento de sus vuelos el año pasado, según cifras de su sitio web y de la portavoz Christine Herbert. Aparte, la empresa Magellan Jets con sede en Boston estima que lleva animales en un 25 por ciento de sus viajes, mientras que en Jet Edge la proporción llega al 50 por ciento.

Al igual que con los pasajeros bípedos, en Estados Unidos estos días suelen ser la temporada más activa para los animales. El domingo posterior a Acción de Gracias es "nuestro día de mayor volumen del año", comenta Herbert.

Aunque el sector de los vuelos privados aún no vuelve a los niveles anteriores a la recesión, los vuelos han aumentado en 2014 toda vez que la recuperación económica del país y las crecientes ganancias empresariales se tradujeron en más viajes personales y de negocios. Si la tendencia continúa, este año será el más activo en estos viajes desde 2008, según datos a septiembre de la Administración Federal de Aviación.

La seguridad es una de las razones que mueven a algunas personas a pagar más para trasladar a sus mascotas. Hasta agosto, 15 animales murieron este año en vuelos de aerolíneas estadounidenses, frente a 18 en el mismo periodo de 2013, según datos del Departamento del Transporte. Y las reglas en vuelos comerciales serán más estrictas. Desde el 3 de diciembre American Airlines Group exigirá que las mascotas facturadas en vuelos de conexión sean enviadas necesariamente a través de una de las cinco ciudades que funcionarán como "hub."

¿CABRAS, CERDOS?

Las restricciones de las líneas aéreas garantizan que nunca veamos a un perro o un gato a bordo.

American Airlines, por ejemplo, limita la facturación de mascotas a un máximo de siete contenedores por vuelo. Los límites en el tamaño de las perreras -19 pulgadas de largo por 13 de ancho y 9 de alto - dejan fuera a las razas más grandes. En aviones privados, las mascotas pueden vagar libremente durante el vuelo, no existen reglas de seguridad homologadas en la industria para pasajeros no humanos.

Por lo general, en vuelos comerciales sólo permiten perros y gatos, eso significa que animales de corral se sujetan a otros procedimientos. La semana pasada, una mujer y su cerdo fueron escoltados fuera de un vuelo de US Airways de Connecticut luego de que el animal ensuciara el avión y corriera por el pasillo, reportaron los medios Hartford Courant y USA Today.

"Tengo un cliente en Dubái que nos contrata algunas veces al año para trasladarlo a él y a su cabra", dijo Carol Martin, fundadora de la firma californiana Sit 'n Stay Global, que ofrece azafatas amigables con las mascotas y amenidades como aperitivos personalizados.

Al dueño de la cabra le gusta tener leche fresca y tiene un redil en la parte posterior de su avión privado para ese propósito, explicó Martin.

VÍCTIMAS DEL DIVORCIO

Aun cuando los pasajeros de Magellan han traído consigo aves exóticas, jerbos y hámsteres, el típico animal que vuela en jet privado es un perro que acompaña a sus propietarios en unas vacaciones familiares, nos dice el CEO de Magellan Josué Hebert. Jet Edge tiene como cliente a un famoso atleta que lleva a su pastor alemán en todos sus viajes, sean nacionales o internacionales, señala el CEO Papariella.

Los traslados más inusuales son para animales que viajan sin dueño, quizás el resultado de una separación de sus amos que no obstante mantienen la custodia compartida. "Llevan y traen a la mascota y quieren una niñera a bordo", indica Martin. Una de esas exparejas paga alrededor de 50 mil dólares por viaje para volar a su perro desde Los Ángeles a Nueva York cada dos meses.

"Un par de veces al año ocurre que nos dan la lista de pasajeros y entonces me doy cuenta, '¡Válgame!, el único que viaja en este avión es un perro'", afirma Papariella de Jet Edge.

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