Historias de NegoCEOs

La euforia del CEO de BlackRock por México

Larry Fink tiene un crush con México. Tanto que si su poderosa administradora de activos, BlackRock, no tuviera como sede Nueva York, tal vez se animaría a dejar su departamento del Upper East Side, en Manhattan, para mudarse a alguno de los barrios de lujo de la Ciudad de México.El viernes pasado, Fink se apareció en la 79 Convención Nacional Bancaria, celebrada en el Acapulco bonito, donde los ricos de México tienen casas: el Diamante. Enfundado en una guayabera blanca y pantalones negros, el influyente financiero de 63 años se plantó frente a los banqueros y funcionarios del gobierno federal y les echó flores. “México es uno de los lugares más seguros para invertir… vivimos en una buena región, en la mejor del mundo”, les dijo.No es la primera vez que el cofundador, presidente y CEO de la administradora de activos más grande del mundo habla maravillas sobre México. En octubre del 2013, Fink elogió las reformas estructurales impulsadas por Enrique Peña Nieto: “México está comenzando una revolución real”, dijo ante estudiantes de la Universidad de California. “Van a tener una oportunidad tremenda de crecer”.

Larry Fink tiene un crush con México. Tanto que si su poderosa administradora de activos, BlackRock, no tuviera como sede Nueva York, tal vez se animaría a dejar su departamento del Upper East Side, en Manhattan, para mudarse a alguno de los barrios de lujo de la Ciudad de México.

El viernes pasado, Fink se apareció en la 79 Convención Nacional Bancaria, celebrada en el Acapulco bonito, donde los ricos de México tienen casas: el Diamante. Enfundado en una guayabera blanca y pantalones negros, el influyente financiero de 63 años se plantó frente a los banqueros y funcionarios del gobierno federal y les echó flores. "México es uno de los lugares más seguros para invertir… vivimos en una buena región, en la mejor del mundo", les dijo.

No es la primera vez que el cofundador, presidente y CEO de la administradora de activos más grande del mundo habla maravillas sobre México. En octubre del 2013, Fink elogió las reformas estructurales impulsadas por Enrique Peña Nieto: "México está comenzando una revolución real", dijo ante estudiantes de la Universidad de California. "Van a tener una oportunidad tremenda de crecer".


Fink
tiene varias razones que explican su euforia por México. Su empresa, por ejemplo, es el principal inversionista de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). La administradora de activos que preside tiene posiciones en todas las compañías que cotizan en el mercado bursátil del país.

De acuerdo con una nota del reportero Axel Sánchez en EL FINANCIERO, BlackRock tiene invertidos más de 130 mil millones de pesos en empresas de la BMV, casi lo doble que el segundo mayor inversionista del mercado accionario mexicano, el fondo estadounidense Vanguard Group, con 69 mil millones.

Los corporativos en los que BlackRock posee más acciones son la firma de telecomunicaciones del magnate Carlos Slim, América Móvil; la productora de cemento más grande del país, Cemex; la principal embotelladora privada de Coca-Cola, Femsa; y el conglomerado regiomontano Alfa.

En los últimos cinco años, esta poderosa organización duplicó el número de activos administrados en México. En el 2010 fichó a Isaac Volin para dirigir sus operaciones en el país. En ese entonces, gestionaba cerca de 13 mil millones de dólares. Sin embargo, la dirección del exejecutivo de Mexicana de Aviación pasó sin pena ni gloria, por lo que fue sustituido por Samantha Ricciardi en febrero del 2013.

BlackRock también incorporó a su equipo a un exfuncionario del gobierno federal: a Gerardo Rodríguez Regordosa, exsubsecretario de Hacienda, quien en abril del 2013 fue nombrado Managing Director del equipo de Mercados Emergentes de la compañía.

Los fichajes mexicanos del equipo que dirige Larry Fink y su cada vez más estrecha relación con el gobierno federal al parecer tuvieron efectos positivos, porque al cierre del 2015 los activos gestionados por BlackRock en México aumentaron a 26 mil millones de dólares, el doble de los recursos administrados en el 2010.

El 2015, especialmente, fue un gran año para BlackRock en México. En marzo, anunció un acuerdo con Pemex para quedarse con 45 por ciento de la segunda fase del gasoducto de Los Ramones –en alianza con el fondo First Reserve– por 900 millones de dólares.

Luego, en octubre del 2015, reveló la compra del fondo de inversión mexicano Infraestructura Institucional, con lo que se metió en la ambiciosa licitación de proyectos petroleros de la Ronda Uno, pues dicho fondo tiene una participación en Oil & Gas, la gran ganadora de los primeros concursos.

A mediados del año pasado, Pemex y BlackRock firmaron un memorándum de entendimiento con el propósito de acelerar el desarrollo y el financiamiento de proyectos de infraestructura energética. La crisis de liquidez que enfrenta la empresa al mando de José Antonio González abrirá el paso a inversionistas privados, como BlackRock, para que desarrollen los proyectos prioritarios de Pemex.

"Nuestro grupo en México está trabajando en posibles oportunidades para nuestros inversionistas, en los sectores de energía, transporte e infraestructura social", le dijo Fink a Enrique Quintana, director general editorial de El Financiero, hace unos días.

Así que lo más probable es que pronto se anuncie la participación de BlackRock en las obras de infraestructura de Pemex. La Fibra E, mediante la cual se van a financiar proyectos de la empresa, es una de las opciones más atractivas para la firma que preside Fink.

P.D.
A finales de julio pasado, los miembros del consejo directivo de BlackRock cenaron con el presidente Peña y varios secretarios de Estado. Fink salió de Palacio Nacional aún más enamorado de México: "Es el ejemplo para muchos países que deberían seguirlo como un modelo".

Escríbeme a mmaldonado@elfinanciero.com.mx y a @MarioMal

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