Historias de NegoCEOs

Slim: de ‘barón ladrón’ a mayor accionista individual del NYT

Carlos Slim pasó de ser un ‘barón ladrón’ (sic) para el New York Times (NYT) a uno de los multimillonarios más respetados y menos escudriñados por el influyente tabloide estadounidense. Esto, luego de que en 2009 el empresario mexicano invirtiera 250 millones de dólares, a manera de préstamo a la familia fundadora, y hace unos días ejerciera su derecho de compra de una participación mayor, lo cual lo posicionó como el accionista individual más grande del diario, con 16.8 por ciento de sus acciones. En agosto del 2007, Eduardo Porter, un columnista miembro del consejo editorial del Times, escribió en la Op-ed page (una de las páginas más importantes de un diario, situada en la plana opuesta al editorial) un texto titulado “La plutocracia mexicana se nutre de las concesiones a los ‘barones ladrones’”, un término acuñado en el siglo XIX que hace referencia a los hombres de negocios enganchados a prácticas monopólicas o poco éticas, quienes, con ayuda de la clase política, logran amasar grandes fortunas. Dos mes antes, la periodista Elisabeth Malkin había escrito otro artículo en el Times en el que criticó la fortuna de Slim, que en ese entonces rondaba los 57 mil millones de dólares, superando la de Bill Gates, mientras en México al menos 50 millones de personas vivían en condiciones de pobreza. Sin embargo, a partir del 20 de enero del 2009, cuando se anunció la primera inversión de Slim en el Times, a la fecha, el tratamiento de la información con respecto a Carlos Slim y sus empresas bajó de tono. De acuerdo con una revisión que hice, desde el 27 de agosto del 2007, cuando se calificó a Slim como un ‘barón ladrón’, hasta ayer, el NYT publicó un total de 568 textos en los que se menciona a Slim, de los cuales ninguno escudriña en torno al incremento de la riqueza de Slim, su preponderancia en el negocio de telecomunicaciones en América Latina, su expansión cada vez más fuerte en Estados Unidos y Europa, la ‘megamulta’ que se le impuso a Telcel en el 2011, o bien sobre la más reciente sanción a Telmex por haberse concentrado con Dish en México. En contraste, durante ese tiempo reconocidas publicaciones como The Economist, Slate y New Yorker pusieron la mira en el multimillonario mexicano que amasó una de las más grandes fortunas del mundo en poco menos de 15 años, y alcanzó la cima en el ranking de Forbes. El 20 de junio del 2009, la revista Slate, propiedad de The Washington Post Group, discurrió en un editorial sobre si Slim usaría al NYT para mejorar su reputación. “Sabemos, por experiencia, que los publicistas intervienen en el proceso editorial, como su prerrogativa. Seguramente la inversión de Slim será un factor, implícito, en la toma de decisiones a partir de ahora en el Times”, expuso. Asimismo, en junio del 2009, el New Yorker publicó un texto titulado "Slim’s time" en el cual elabora sobre la inversión del empresario mexicano en el NYT y su influencia en la línea editorial, mientras que The Economist se refirió a Silm en un texto en su edición impresa de febrero del 2012 con el siguiente encabezado“Dejen que los magnates mexicanos peleen”, en el que resalta una foto de Slim en primer plano. Carlos Slim viaja a Nueva York constantemente. Más que a ver jugar a los Yankees, su equipo de béisbol favorito, o visitar a su amigo Larry King, uno de los presentadores de su proyecto de televisión por internet Ora.tv, Slim visita la ciudad de los rascacielos para reunirse con empresarios e inversionistas. Algunas de sus más grandes compañías cotizan en el New York Stock Exchange, como América Móvil, y en otras es el mayor inversionista independiente, como es el caso del NYT y Saks Fifth Avenue. En este espacio ya le he platicado de la importancia que tiene para Slim la prensa extranjera, pues sus compañías no son más unas firmas locales. El empresario ya domina México y América Latina tanto como le es posible, por lo que desde hace varios años busca extender su dominio en Europa y Estados Unidos. Para este fin, el influyente NYT parece ser una buena manera de lograrlo. Posdata 1. El editorial de Slate dejó una pregunta al aire: Después de todo, Slim es alguien a quien un periodista exmiembro del consejo editorial del Times ha llamado un ‘barón ladrón’. ¿Seguirá el NYT refiriéndose a él así? Posdata 2. Hoy, en la columna Historia de NegoCEOs de El Financiero impreso seguimos con el tema. Escríbeme a mmaldonado@elfinanciero.com.mx y a @MarioMalAquí puedes seguir todos mis textos: Historias de NegoCEOs

Carlos Slim pasó de ser un 'barón ladrón' (sic) para el New York Times (NYT) a uno de los multimillonarios más respetados y menos escudriñados por el influyente tabloide estadounidense. Esto, luego de que en 2009 el empresario mexicano invirtiera 250 millones de dólares, a manera de préstamo a la familia fundadora, y hace unos días ejerciera su derecho de compra de una participación mayor, lo cual lo posicionó como el accionista individual más grande del diario, con 16.8 por ciento de sus acciones.

En agosto del 2007, Eduardo Porter, un columnista miembro del consejo editorial del Times, escribió en la Op-ed page (una de las páginas más importantes de un diario, situada en la plana opuesta al editorial) un texto titulado "La plutocracia mexicana se nutre de las concesiones a los 'barones ladrones'", un término acuñado en el siglo XIX que hace referencia a los hombres de negocios enganchados a prácticas monopólicas o poco éticas, quienes, con ayuda de la clase política, logran amasar grandes fortunas.

Dos mes antes, la periodista Elisabeth Malkin había escrito otro artículo en el Times en el que criticó la fortuna de Slim, que en ese entonces rondaba los 57 mil millones de dólares, superando la de Bill Gates, mientras en México al menos 50 millones de personas vivían en condiciones de pobreza.

Sin embargo, a partir del 20 de enero del 2009, cuando se anunció la primera inversión de Slim en el Times, a la fecha, el tratamiento de la información con respecto a Carlos Slim y sus empresas bajó de tono.

De acuerdo con una revisión que hice, desde el 27 de agosto del 2007, cuando se calificó a Slim como un 'barón ladrón', hasta ayer, el NYT publicó un total de 568 textos en los que se menciona a Slim, de los cuales ninguno escudriña en torno al incremento de la riqueza de Slim, su preponderancia en el negocio de telecomunicaciones en América Latina, su expansión cada vez más fuerte en Estados Unidos y Europa, la 'megamulta' que se le impuso a Telcel en el 2011, o bien sobre la más reciente sanción a Telmex por haberse concentrado con Dish en México.

En contraste, durante ese tiempo reconocidas publicaciones como The Economist, Slate y New Yorker pusieron la mira en el multimillonario mexicano que amasó una de las más grandes fortunas del mundo en poco menos de 15 años, y alcanzó la cima en el ranking de Forbes.

El 20 de junio del 2009, la revista Slate, propiedad de The Washington Post Group, discurrió en un editorial sobre si Slim usaría al NYT para mejorar su reputación. "Sabemos, por experiencia, que los publicistas intervienen en el proceso editorial, como su prerrogativa. Seguramente la inversión de Slim será un factor, implícito, en la toma de decisiones a partir de ahora en el Times", expuso.

Asimismo, en junio del 2009, el New Yorker publicó un texto titulado "Slim's time" en el cual elabora sobre la inversión del empresario mexicano en el NYT y su influencia en la línea editorial, mientras que The Economist se refirió a Silm en un texto en su edición impresa de febrero del 2012 con el siguiente encabezado"Dejen que los magnates mexicanos peleen", en el que resalta una foto de Slim en primer plano.

Carlos Slim viaja a Nueva York constantemente. Más que a ver jugar a los Yankees, su equipo de béisbol favorito, o visitar a su amigo Larry King, uno de los presentadores de su proyecto de televisión por internet Ora.tv, Slim visita la ciudad de los rascacielos para reunirse con empresarios e inversionistas. Algunas de sus más grandes compañías cotizan en el New York Stock Exchange, como América Móvil, y en otras es el mayor inversionista independiente, como es el caso del NYT y Saks Fifth Avenue.

En este espacio ya le he platicado de la importancia que tiene para Slim la prensa extranjera, pues sus compañías no son más unas firmas locales. El empresario ya domina México y América Latina tanto como le es posible, por lo que desde hace varios años busca extender su dominio en Europa y Estados Unidos. Para este fin, el influyente NYT parece ser una buena manera de lograrlo. 

Posdata 1.
El editorial de Slate dejó una pregunta al aire: Después de todo, Slim es alguien a quien un periodista exmiembro del consejo editorial del Times ha llamado un 'barón ladrón'. ¿Seguirá el NYT refiriéndose a él así?

Posdata 2.
Hoy, en la columna Historia de NegoCEOs de El Financiero impreso seguimos con el tema. 

Escríbeme a mmaldonado@elfinanciero.com.mx y a @MarioMal

Aquí puedes seguir todos mis textos: Historias de NegoCEOs

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