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NFL, el negocio imposible para Donald Trump

El presidente estadounidense tiene una larga historia de amor-odio con la NFL; incluso apostó por una liga alterna que fracasó.

Donald Trump tenía 15 años cuando los Empacadores de Green Bay de Vince Lombardi llegaron a Nueva York –ciudad natal del hoy presidente de Estados Unidos– a disputar el campeonato de la vieja NFL ante los Gigantes de Nueva York (1961).

El encuentro fue un día de campo para Bart Starr, quarterback de los Empacadores. Lanzó tres pases de anotación para encaminar la victoria por 37-0 y ganar un nuevo título para la franquicia desde 1944. El joven Trump quedó maravillado de aquel equipo, según confesó en una entrevista al The New York Times en 1984. Admiraba su excelencia y de la NFL le gustaba cuando un equipo débil vencía a los que, en el papel, eran los favoritos.

El mismo año se le presentó la oportunidad de comprar a los Vaqueros de Dallas, que entonces tenían dos títulos en su palmarés (1971 y 1977). El costo de la franquicia –según reveló él mismo– se encontraba entre los 40 o 50 millones de dólares. Lo rechazó y dijo que el equipo no tenía oportunidad de crecimiento empresarial.

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En 1989 Jerry Jones adquirió a los Vaqueros por 140 mdd. A 28 años de distancia los convirtió en la franquicia deportiva más cara del mundo (4 mil 800 mdd, según la revista Forbes) y a ganar tres Super Bowl más (1992, 1993 y 1995). Jones y los Vaqueros, hace dos semanas, fueron protagonistas al arrodillarse durante la entonación del himno estadounidense, luego de que Trump insultara a los jugadores que protestan contra la violencia y desigualdad social.

El mismo año que rechazó la compra de los Vaqueros, Trump adquirió a los Generales de Nueva York, de la United States Football League (USFL), una Liga alternativa que se jugaba en verano mientras la NFL descansaba. Según contó, quería competirle a la NFL y soñaba con que ambos torneos se fusionaran como ocurrió con la American Football League (AFL), que se integró a la NFL en 1967.

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Los directivos de la USFL sufrían de problemas económicos por la reciente fundación de la Liga (1983). Trump y el resto de los dueños demandaron por mil 200 mdd a los propietarios de la NFL, a quienes acusaron de que la crisis se debía a prácticas monopólicas. Un jurado de Nueva York les dio la razón, pero consideró que su crisis también se debía a los sueldos elevados que daban a sus jugadores. La USFL y Trump, entonces, ganaron un dólar como indemnización, que ascendió a 3.76 por los intereses generados, según las leyes antimonopolios de la Unión Americana.

La USFL no tuvo el dinero para jugar la temporada de 1985 y desapareció. Trump, 29 años después, intentó comprar a los Bills de Búfalo por mil millones dólares, según dijo a la revista Sports Illustrated en octubre de 2014. Fracasó, luego de que Terry Pegula –dueño de los Sabres de la NHL– le ganara la subasta.

La NFL no es campo para los negocios de Trump.

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