After Office

Mónica Patiño, la chef de la experiencia

Considerada como una de las 13 cocineras más importantes del DF, Mónica Patiño es un ejemplo de la experiencia en el negocio restaurantero. Hoy, su tarea se avoca a elaborar platillos comunes para "transmitir la experiencia de comer en casa”. 

Cerrar un restaurante puede ser doloroso, pero la chef Mónica Patiño siempre tiene en claro que este negocio es de constante transformación.

En más de tres décadas dedicadas a la gastronomía, esta amante de la yoga y la meditación ha encontrado la sabiduría para aceptar los cambios, cerrar y seguir adelante.

"Los negocios tienen sus riesgos y eso está implícito en cualquier cosa que hagamos", dice quien fue elegida por la Asociación Mexicana de Restaurantes como una de las 13 cocineras más exitosas del DF.
"He aprendido que todo es impermanente, que todo tiene cambio y transformación, y si tenemos claridad para aceptarlo tendremos menos sufrimiento y más objetividad para tomar decisiones".

Su primer restaurante fue La Taberna de León en Valle de Bravo, de 1978; de ahí le siguieron en el DF La Galvia, Bolívar 12 y La Taberna de León de Plaza Loreto, el cual celebra un par de décadas este año.

Dos de sus propuestas más emblemáticas y que mostraban claramente su evolución gastronómica fueron MP Café Bistró y Náos, que permanecieron casi 10 años, pero la entrada en vigor de la Ley de protección a la salud de los no fumadores y la construcción del segundo piso de Periférico afectaron la afluencia de clientes, así que prefirió cerrarlos.

Pero esto no significa un fracaso para Mónica Patiño, pues ambos establecimientos fueron exitosos. Para ella se trata simplemente de un fin de ciclo y representa una oportunidad de renovación.

Cada uno de los restaurantes de la chef es muestra de las distintas etapas de su vida, sus gustos y pasiones, así como de los discursos gastronómicos que ha aprendido en sus viajes a Europa y, principalmente, a Asia, cuya cocina la impactó por su contraste de sabores.

"Las experiencias y la madurez, al igual que la sensibilidad o la sensualidad de las diferentes etapas de lo que una mujer vive se ven reflejadas en las distintas gamas de restaurantes que he abierto", explica la autora de "Sabores en la cocina de Mónica Patiño".


Hogar dulce hogar

Mónica Patiño se traslada en bicicleta o a pie por La Roma, zona que la regresa a sus orígenes: su abuela vivía en la colonia y de niña la visitaba todos los fines de semana.

En este barrio tiene tres establecimientos: la tienda gourmet y restaurante Delirio, la tienda y tortería Abarrotes Delirio, y el recién inaugurado Casa Virginia, un lugar familiar con una carta franco-mexicana.

Ubicado en la misma casona donde se encuentra Delirio, Casa Virginia -nombrado así en honor a su antigua dueña, Virginia Ortiz de Revuelta- busca recrear la experiencia de ir a casa de la abuela a comer.

"Queremos regresar a estos platillos familiares que conocemos, como el estofado cocinado a fuego lento, que se sirven al centro de la mesa y se comparten; se trata de transmitir la experiencia de comer en casa", dice quien fue conductora del programa televisivo "El rincón de los sabores".

Abrir lujosos y pretenciosos restaurantes ya no le interesa, asegura, ahora es más sencilla y su relación con su hija Micaela, cómplice y socia en Delirio y Casa Virginia, le ha ayudado a tener una visión más relajada y fresca de este negocio.

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