After Office

Esta es la historia de un pueblo mágico en el que todo sale mal

A Edson Lechuga le tomó 15 años escribir su más reciente novela, "Anoche me soñé muerta" (Axial). Ubicada en su natal Pahuatlán, Puebla, relata el tormento de sus pobladores que deben hacer frente a una devastadora sequía que va aniquilando los sueños y esperanzas de esta comunidad huasteca.

Al escritor poblano Edson Lechuga le tomó 15 años escribir su más reciente novela, Anoche me soñé muerta (Axial). Ubicada en su natal Pahuatlán, relata el tormento de sus pobladores, que deben hacer frente a una devastadora sequía que va aniquilando los sueños y esperanzas de esta comunidad huasteca.

Obra de realismo mágico que se traduce en las peripecias que atraviesa un sacerdote para salvar a sus creyentes, con procesiones que invariablemente terminan mal; en la premonición de una niña que se sabe destinada a ser una entidad divina; en la sabiduría del brujo del pueblo que tiene remedio para todo, menos para su propia muerte.

Edson Lechuga decidió regresar a sus raíces, al pueblo que abandonó cuando contaba tres lustros de vida, para cumplir su sueño de volverse escritor. Vivió 12 años en España, pero su tierra lo reclamó.

"La primera escritura de esta novela la hice hace 15 años, antes de mi estancia en Barcelona. Tenía la primera catarsis de esto, una especie de acumulación de historias, de anécdotas, de toda la tradición oral en la que crecí. En Pahuatlán estuve siempre bombardeado por un anecdotario, una cosmovisión y una simbología mestiza, náhuatl profunda", explica el autor.

En Europa logró conocer otros métodos de trabajo, otra moral, dice, pero llegó el momento en que la vejez de sus padres lo obligó a regresar a México. "Toda migración tiene un exilio dentro, algo te echa del sitio de donde te vas y algo te llama de regreso", señala.

A su regreso se encontró con el manuscrito que había dejado y lo retomó para darle vida a su tercera novela. "Había hecho intentos de acercarme a este material, de recuperarlo, ampliarlo, transformarlo, pero no había sido capaz hasta hace un año y medio, cuando me senté decidido a transformar todo eso en un artefacto narrativo habitable por un lector".

Admite la influencia de Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y principalmente Juan Rulfo, pero asegura que su prosa es contemporánea y que atiende a las dos vertientes del hombre que más le interesan: "sus características concretas, físicas, su manera de estar encima del planeta y luego las intangibles, como es la fe, el símbolo, la santería, la premonición, los sueños, el viaje alucinógeno".

En medio de su desesperación, el presidente municipal de Pahuatlán pide ayuda a las autoridades federales, pero sus súplicas son ignoradas. Edson Lechuga desmenuza este pasaje de su novela: "Se sitúa en 1933 pero habla de una realidad completamente actual: debajo de esta nata podrida de la realidad social y política de este país está este otro México sensible, generoso, profundamente simbólico".

Le indigna "la insignificancia con la que nos trata el Estado", pero está dispuesto a librar la batalla desde la escritura. "El arte es el encargado de cuestionar y de pensar la realidad de las sociedades. No puedo ser ajeno a las atrocidades que pasan en este país". Por eso decidió volver a su origen con este nuevo libro que cuenta con prólogo del escritor y poeta Mardonio Carballo, quien lo presentará junto con Sergio González Rodríguez el 29 de abril, a las 19:00 horas, en la librería Rosario Castellanos del Fondo de Cultura Económica.

También lee: