Tan grave es el deterioro en el acceso a servicios de salud y el aumento en el rezago educativo, como el retroceso en el nivel de aprendizaje escolar en el país.
El pasado 10 de agosto, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dio a conocer un incremento de 20.1 a 50.4 millones de personas en la población sin acceso a servicios de salud en cuatro años.
El número de personas con carencia por acceso a los servicios de salud se disparó en 30.3 millones entre 2018 y 2022.
En 2022, cuatro de cada diez personas en México no tenían acceso a los servicios de salud.
De 2018 a 2022 hubo retrocesos en el acceso a los servicios de salud y en la educación, según las estimaciones de pobreza del Coneval con base en los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2022 de INEGI.
En el primer caso, el porcentaje de población con carencia por acceso a los servicios de salud pasó de 16.2 a 39.1 por ciento, mientras que en el segundo, el porcentaje de población con rezago educativo aumentó de 19 a 19.4 por ciento.
A este panorama se suman los resultados para México de la prueba del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos o PISA por sus siglas en inglés, que francamente son preocupantes.
Estas pruebas fueron creadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y su aplicación, desde hace 23 años, contribuye a fortalecer y garantizar un mejor sistema educativo en los 37 países que integran la OCDE, incluido México.
Este 5 de diciembre se dieron a conocer los resultados de su más reciente aplicación, llevada a cabo en 2022, entre 81 países analizados, tras la pandemia, que impidió su realización en 2020.
Las evaluaciones estandarizadas se centran en lectura, matemáticas y ciencias para conocer el nivel de aprendizaje de los estudiantes de 15 años de edad.
La conclusión es que el desempeño promedio de los estudiantes mexicanos en las tres materias evaluadas fue más bajo que el promedio de los 81 países donde se realizó el estudio, puntualmente en el aprendizaje de matemáticas.
En la asignatura de matemáticas la puntuación de México cayó al nivel de 2003, lo que implica un retroceso de prácticamente dos décadas.
El Instituto Mexicano para la Competitividad analizó los resultados de PISA y un primer hallazgo es que el estado global de la educación sufrió un retroceso significativo derivado de la pandemia y los cierres escolares.
A nivel mundial, el desempeño de los estudiantes tuvo una caída sin precedentes: 15 puntos en matemáticas y 10 en comprensión lectora, en comparación con la evaluación anterior en 2018.
Sobre los resultados para México, el IMCO señala que en 2022 nuestro país se posicionó en el lugar 35 entre los 37 miembros de la OCDE.
El puntaje promedio general, de 407 puntos en México contra 478 en la OCDE, ubica al país en la antepenúltima posición, sólo por arriba de Costa Rica y Colombia.
México experimentó la peor caída en sus resultados desde que participa en PISA en el año 2000.
Tan sólo en comparación con la edición de 2018, el puntaje de México cayó 14 puntos en matemáticas, 9 en ciencias y 5 en comprensión lectora.
De acuerdo con el IMCO, “estos resultados ubican a México en una situación educativa similar a la que vivió en 2006. En el caso de matemáticas, los resultados se acercan a los de 2003″.
En el balance general, “el desempeño de México en matemáticas y en comprensión lectora lo sitúa como el tercer país con los peores resultados de la OCDE, mientras que en ciencias es el país con los peores resultados”.
Consultada por este reportero, Fernanda Domínguez, coordinadora de Educación del IMCO, se pregunta “cómo le va a México” para luego responder que “nos va muy mal”, lo que “tristemente -no es sorpresa para nadie” ante la crisis educativa que se vive en el contexto pospandemia.
La SEP justificó los resultados de PISA para México con el argumento de que la aplicación de esta evaluación en el país “ocurrió en el contexto mundial de la etapa final de la emergencia sanitaria por Covid-19″.
Además, los resultados que da a conocer PISA “no demuestran cambios significativos respecto a las ediciones anteriores”.
Tiene razón la SEP cuando llama a realizar un análisis considerando el contexto de los resultados de estas pruebas.
Pero también es necesario abrir la conversación a los resultados de PISA para dialogar y reflexionar sobre nuestras debilidades en el proceso de aprendizaje.
Esa es tarea de todos.