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5 Pueblos Mágicos en Michoacán a menos de 3 horas de CDMX

La zona lacustre de Pátzcuaro y el País de la Monarca resguardan destinos llenos de tradición y gastronomía.

El fin de semana es corto, pero suficiente para lanzarte a alguno de los Pueblos Mágicos michoacanos cerca de la CDMX. La riqueza cultural, artesanal y gastronómica del estado es basta, al igual que sus climas, paisajes y oferta de esparcimiento.

Te recomendamos cinco pueblitos cuya distancia de la Ciudad de México no te implicará más de 3 horas en automóvil; pero si decides viajar en autobús, el tiempo de traslado no varía mucho, así que échale lápiz y elige tu próximo destino.

Tlalpujahua

El ‘País de la Monarca’, como popularmente se le conoce a la región que resguarda las reservas de la mariposa Monarca, tiene en su territorio dos pueblos mágicos imperdibles para los viajeros. Uno de estos es Tlalpujahua, cuyo encanto se percibe desde los linderos con el municipio del Oro en el Estado de México.

Sus callecitas empedradas, la quietud de sus recintos históricos y el encanto que envuelve a esta comunidad la convierten en uno de los favoritos para pasar un par de días alejado de la ciudad.

No puedes perderte la imponente fachada de la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, en el centro de Tlalpujahua, así como las ruinas de la Capilla de Nuestra Señora del Carmen, un templo sepultado debido a un accidente minero en 1932.

La opción de hospedaje va desde sencillos hoteles hasta quintas y cabañas con amenidades como alberca techada y spa.

Angangueo

Una localidad enclavada en el ‘País de la Monarca’, cuya historia colonial remontan a su origen minero. Debido a su ubicación tan cercana con la biósfera de la mariposa Monarca, fue nombrado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Entre sus principales atractivos se encuentra el recorrido por la antigua ruta minera que denota la abundancia de recursos naturales en la región.

El pintoresco centro de Angangueo ostenta el templo de La Inmaculada Concepción y el Museo Casa Parker. Asimismo, te recomendamos buscar uno de los restaurantes locales para degustar los platillos de la zona, como el mole y algunas conservas.

Cuitzeo

El lago de Cuitzeo alberga una gran cantidad de biodiversidad, que es fuente de actividades primarias de la comunidad, como la pesca y la extracción del tule, una fibra de la que se elaboran cestas y otras artesanías de ornato.

En el Pueblo Mágico de Cuitzeo podrás admirar el convento agustino de Santa María Magdalena, cuya construcción data del siglo XVI; una de las características más destacadas es su estructura a modo de fortaleza medieval.

La gastronomía del lugar también representa un hallazgo viajero pues, además de las especies endémicas del lago, como los charales y el pescado, también podrás degustar platillos de cerdo, moles de diversos tipos, tortillas y tamales.

Pátzcuaro

Uno de los Pueblos Mágicos de la zona lacustre en Michoacán. Su historia se remonta a una de las sedes de recreación más importantes del imperio purépecha. Durante la colonia, esta localidad constituyó un punto relevante tanto para la actividad religiosa como comercial.

Caminar por las callecitas de Pátzcuaro, cuyo empedrado y techos de teja abonan un paisaje único, resulta en una experiencia sencilla pero inolvidable para comenzar un recorrido.

La riqueza gastronómica de Pátzcuaro es uno de los atractivos más fuertes; ordena unos uchepos, saborea las corundas con crema y queso, pregunta por las atápakuas y los taquitos de charales dorados.

¡Ah! Y no olvides tomar un recorrido por la isla de Janitzio.

Tzintzuntzan

Si eres amante de las artesanías, este pueblito ser convertirá en uno de tus predilectos. Aquí se elabora una amplia variedad de artículos de uso y ornato en madera, barro, fibras como el junco y la cantera.

No obstante, su atractivo arquitectónico no es menor, pues en el centro de la localidad encontrarás el convento franciscano, una edificación que data del siglo XVI. Tzintzuntzan forma parte de la famosa Ruta Don Vasco.

Este Pueblo Mágico también ofrece platillos imperdibles para los viajeros, como el churipo a base de pescado o res, el atole de maíz, las corunditas y los charales frescos del lago.

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