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Uber se indigesta con grubhub… y la competencia entre apps de entrega de alimentos adquiere ‘sabor’

La compañía planeaba adquirir a su rival, pero dicho acuerdo se tambaleó. Ahora aparece en escena la europea Just Eat, que también quiere comprar a Grubhub, lo que potenciará la competencia de entrega de alimentos.

Para Uber Technologies, la lógica detrás de la adquisición de su rival Grubhub era sencilla: reducir el número de competidores, lo que facilitaba cobrar precios más altos a los consumidores de comida a domicilio y ganar más comisiones de los restaurantes. Sin embargo, la compra de la firma se tambaleó.

En el camino apareció la holandesa Just Eat Takeaway.com, dueña mayoritaria de SinDelantal, que dijo el miércoles que compraría a Grubhub en un acuerdo adquisición total.

A diferencia de Uber, la firma con sede en Ámsterdam no está presente en Estados Unidos, donde los principales actores son Grubhub, Uber Eats y DoorDash: la startup Postmates ocupa un lejano cuarto lugar.

Ese panorama altamente competitivo no cambiaría si Just Eat Takeaway adquiere Grubhub, lo que explicaría por qué la idea de tal acuerdo pareció desagradable a los inversionistas inicialmente: las acciones de Just Eat Takeaway cayeron hasta 19 por ciento después de que Wall Street Journal anunció inicialmente la posibilidad. Esto equivale a unos 2 mil millones de euros (2 mil 300 millones de dólares) en pérdida de valor de mercado.

Pero la falta de creación de valor percibida por los accionistas de la empresa también es la misma razón por la que los reguladores considerarían un acuerdo de manera mucho más favorable que una combinación Uber-Grubhub.

Lo que es malo para los accionistas es bueno para los clientes, que se benefician de una guerra de precios. También es una doble mala noticia para Uber: si un rival estadounidense existente fuera el adquirente, igual tendría el efecto de reducir la competencia.

Si se materializara un acuerdo, sería una apuesta para la inteligencia operativa de Jitse Groen, director ejecutivo de la compañía que por esta época el año pasado todavía se conocía simplemente como Takeaway.com.

Sí, tiene un historial impresionante, al convertir una operación centrada en Países Bajos con ingresos de 23 millones de euros en 2013 en un gigante paneuropeo con ventas que superaron los mil 200 millones de euros el año pasado.

Pero también acaba de concluir la adquisición por 6 mil millones de libras (7 mil 700 millones de dólares) de la británica Just Eat.

Al igual que el posible acuerdo de Grubhub, fue una transacción de acciones totales vendidas a inversionistas con base en su perspicacia operativa.

Al dar a los accionistas de Just Eat una participación en la nueva empresa, sostuvo el argumento de que se beneficiarían del valor que Groen y su equipo podrían generar una vez tomaran las riendas de la firma británica.

Será más difícil presentar este argumento a los inversionistas estadounidenses, donde las feroces guerras de precios han hecho que la consolidación del mercado parezca la única forma en que las plataformas de entrega de alimentos mejoran la rentabilidad.

Uber Eats ha perdido 2 mil 200 millones de dólares sobre la base de un Ebitda ajustado, una medida de ganancias, en los últimos dos años.

Grubhub, que lucha por competir, ha visto caer su margen Ebitda desde un máximo de 28 por ciento de los ingresos en 2014 a 0.2 por ciento en los tres meses hasta marzo, según datos de Bloomberg.

Esta disminución en la rentabilidad se debe en gran parte al modelo de negocio cambiante de Grubhub. Históricamente, funcionaba puramente como un mercado, conectando a comensales con restaurantes, que a su vez eran responsables de entregar la comida.

Eso difería del enfoque favorecido por Uber Eats, DoorDash y Postmates, que operaban sus propias flotas de repartidores. El enfoque, con costos más bajos, era mucho más rentable, pero dificultaba atraer a cadenas como McDonald's, que dudaban al momento de asumir el significativo costo fijo que podría conllevar la operación de una red de entrega.

Así que Grubhub ha comenzado a agregar sus propios domiciliarios: tal vez 30 por ciento de los ingresos ahora provienen de su propia red de entrega, que probablemente crecerá a 45 por ciento para fin de año, según Mandeep Singh, analista de Bloomberg Intelligence.

Groen es un intrépido defensor del modelo de mercado. No será sorpresivo si revierte las ambiciones de entrega de Grubhub en caso de darse un acuerdo.

Pero se enfrentará a la difícil tarea de integrar dos adquisiciones, donde ambos objetivos son mayores que el original de Takeaway.com y en dos de los mercados más competitivos del mundo en la entrega de alimentos. Parece que, ante este manjar, tiene la boca más grande que el estómago.

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