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Schubert ‘termina’ su Octava Sinfonía con ayuda de Alondra de la Parra y la inteligencia artificial

Además de la dirección de Alondra de la Parra, el compositor estadounidense Lucas Cantor seleccionó diferentes armonías creadas por la IA de Huawei para expandirlas, desarrollar nuevos sonidos y finalmente completar la emblemática obra de Schubert.

Franz Schubert 'desafió las leyes de la naturaleza' para subir al escenario de El Cantoral de la mano de la directora de orquesta Alondra de la Parra, el compositor Lucas Cantor y la inteligencia artificial (IA) del Huawei Mate 20 Pro para ejecutar una versión inédita de la Octava Sinfonía "inacabada".

Se trató de la ejecución de la obra magistral con la composición innovadora del estadounidense Lucas Cantor y la ayuda de la IA, bajo la dirección de la maestra Alondra de la Parra.

La IA incluida en este smartphone se dio a la tarea de escuchar cada instrumento, fragmento, línea y acorde para crear melodías que se convertirían en la base del tercer y cuarto movimiento de la Octava Sinfonía, la cual es el mayor legado del compositor austriaco Schubert.

El algoritmo del smartphone Mate 20 Pro escuchó los primeros movimientos de la pieza musical compuesta en 1822, y analizó sus principales elementos como el timbre, el tono y el compás para generar las melodías del tercer y cuarto movimiento.

"De la mano de este pequeño socio y gracias al Timbre 80, el procesador que se encuentra dentro del dispositivo, fue que pudimos desarrollar un modelo de inteligencia artificial, una vez que lo entrenamos con los dos primeros movimientos, nos dio resultados increíbles al sugerir melodías.

"Una vez que ya existía esta sugerencia por parte del algoritmo, el talento, el conocimiento y el ingenio humano con Lucas (Cantor) lograron una simbiosis perfecta", explicó David Moheno, director de relaciones públicas de Huawei para Latinoamérica.

Como parte de este proceso creativo, el compositor estadounidense Lucas Cantor, ganador de premios Emmy, seleccionó diferentes armonías creadas por la IA para expandirlas, desarrollar nuevos sonidos y finalmente completar la emblemática obra.

"El teléfono me daba unas melodías y lo que yo hacía era dividirlas, seleccionar entre algunas de estas ideas y empezar a trabajarlas. Es imposible decir un porcentaje de las melodías que se tomaron de la IA; ella hizo algunas y yo hice otras. La respuesta final es que hicimos una colaboración en conjunto y las líneas (de ambos) están muy difusas", explicó el compositor.

Cantor destacó que trabajar con la IA para canalizar la creatividad de una persona y conectarse con un ser humano que ha estado muerto por casi 200 años es algo "verdaderamente profundo".

"Para mí como compositor, uno de los grandes retos fue el dar forma a una pieza que te está entregando una computadora y hacerlo de tal manera que fuera ejecutable para otros músicos, sobre todo cuando se trata de uno de los grandes maestros", relató.

Al ser cuestionada sobre esta dirección nunca antes realizada, De la Parra contó que se vio realmente sorprendida: "Cuando entendí cómo lo iban a hacer, involucrando esta tecnología para predecir lo que hubiese quizás querido hacer Schubert si hubiese terminado, la obra me pareció muy interesante".

La directora mexicana recalcó, sin embargo, que este proyecto no pretende sugerir que la pieza ya está por fin completa: "Es un ejercicio especial sin pretender decir 'ya está terminada o así estamos seguros de que hubiese sido si Schubert la hubiese terminado', pero no va por ahí".

Se dice que la Octava Sinfonía de Schubert -que fue descubierta después de su muerte- quedó inconclusa porque originalmente sólo se compone de dos movimientos, cuando las sinfonías se conforman de cuatro.

De la Parra aplaudió que en este proyecto la ejecución los dos primeros movimientos de Schubert siguen intactos: "Con la ayuda de la IA de Huawei hay muchas referencias en el tercer y cuarto movimiento con respecto a los primeros, hay melodías que son muy semejantes y otras que toman las bases y las transforman".

Explicó que al tratarse de la primera obra del repertorio del romanticismo musical, y que así como en este periodo se toman células musicales para mutarlas y transportarlas hacia el final, "así la IA y Lucas han hecho esta cohesión entre los cuatro movimientos".

"El tercer movimiento continúa con esta nostalgia y el cuarto se escucha mucho más optimista, ligero, que va hacia arriba y le da este final triunfal", describió.

De la Parra y Cantor matizaron la carga emocional que implica esta sinfonía y señalaron que mantiene "una tremenda melancolía con melodías que tienen esa particularidad de suspenderse en el aire mientras su armonía debajo de ellas cambia. Schubert descubrió que pasamos por muchas emociones diferentes, entonces también parte de este proceso fue ponerme en ese lugar y tomarlo desde esa perspectiva".

La duración de este significativo viaje de Huawei tomó seis meses, y tres semanas fue el tiempo que le llevó a la IA para formar parte de la creación y entregar sus resultados: "Si Schubert hubiera tenido esta tecnología, seguro hubiera acabado su sinfonía", comentó Cantor.

"La sinfonía inconclusa de Schubert seguirá inconclusa siempre, pero es una muy buena experiencia escucharla terminada con una versión creada por la IA, una gran herramienta que cada vez es mejor y más rápida, y que nos puede dar algo para hacer mejor lo que nosotros sabemos hacer como seres humanos", añadió.

Para la compañía con sede en China, la IA es una tecnología que será un catalizador para el progreso humano, queremos mejorar la vida de las personas con nuevas experiencias y el arte es parte fundamental en esto, concluyó Moheno.

Esta fue la segunda presentación en su tipo que se realiza en el mundo, luego de la que se celebró en el Cadogan Hall de Londres en febrero pasado.

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