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Redes móviles del mañana generarán 3.5 billones de dólares

Para 2020 se anticipa el despliegue de la red 5G, que tendría un impacto como el de la imprenta o la máquina de vapor.

Las redes de hoy pueden guiarte a un destino en una ciudad desconocida, las de mañana te llevarán ahí.

El estándar inalámbrico conocido como 4G permite navegar por caminos desconocidos usando las instrucciones de voz de Google Maps, ver películas en Netflix mientras vamos al trabajo y hacer una entrevista en FaceTime durante la escala en un viaje.

La próxima generación promete ser aún más transformadora, pues apoyará la comunicación entre objetos, así como con las personas. En un informe publicado en enero, IHS Markit, firma de investigación con sede en Londres, dice que la llegada de 5G, hacia 2020, elevará la tecnología inalámbrica a una categoría de élite equiparable con la prensa y la máquina de vapor. El estudio estima que el 5G generará 3.5 billones de dólares en producción económica y 22 millones de empleos en todo el mundo para 2035.

Cisco Systems calcula que para el año 2021 habrá 12 mil millones de dispositivos conectados en todo el orbe y cerca de un cuarto de ellos serán autos, drones, robots y otros tipos de máquinas.

El salto requerirá aumentos gigantescos en la capacidad de la red y velocidades de transmisión de datos. Hoy en día, las velocidades de 4G en EU suelen ser de 1 gigabit por segundo en condiciones ideales; 5G marcará hasta 10 gigabits por segundo y se podrá descargar una película de alta definición en menos de un segundo.

"Para los consumidores, significará un montón de capacidad y creará un entorno de datos verdaderamente ilimitado", afirma Roger Entner, fundador de Recon Analytics.

Quizás el avance más grande será una gran reducción de la latencia, es decir, los tiempos de retraso de la comunicación. La baja latencia es un requisito previo para comercializar muchas de las nuevas tecnologías, incluidos los coches sin conductor, que necesitan comunicarse entre sí varias veces por segundo para evitar colisiones, o la telecirugía.

Para acortar los retrasos, las redes 5G tendrán una potencia de procesamiento integrada, almacenarán datos más cerca de donde se necesita y se ejecutarán en una nueva franja de espectro de radiofrecuencia.

"Nos estamos moviendo de las presentaciones de PowerPoint a los productos", dice Michael Murphy, director de tecnología para Norteamérica en el proveedor de equipos de Nokia.

Este verano, AT&T y Verizon ensayarán con el 5G en algunas ciudades para transmitir películas y canales de televisión a hogares. En 2018, probarán sus propias redes Corea del Sur, durante los Juegos Olímpicos de Invierno, y Australia. Pero el grueso de los despliegues llegará en 2020 y las compañías darán prioridad a las ciudades.

En la transición, transportistas, fabricantes de equipos y otros invertirán 200 mil millones de dólares al año, según IHS.

Fabricantes de autos de lujo de Alemania anunciaron en septiembre que se unirían con Ericsson, Huawei, Intel, Nokia y Qualcomm para formar la Asociación de Automóviles 5G, cuya misión es ayudar a establecer estándares y usos para la próxima generación de redes.

Daimler, uno de los miembros fundadores de la Asociación, prevé un futuro en el que su subsidiaria de autos compartidos, Car2go, podría despachar un vehículo sin conductor para recoger a un cliente en su casa. "La conectividad es importante, y estamos deseando obtener más y más información en los coches", dice Bernhard Weidemann, un portavoz de Daimler. El ejecutivo advierte que una red con una cobertura consistentemente buena de una ciudad a otra "es poco probable que llegue a existir por mucho tiempo".

Para operadores inalámbricos, el 5G debe llegar lo antes posible. "Tenemos un mercado difícil en Europa, y realmente queremos cambiar el juego", dice Arnaud Vamparys, vicepresidente de Orange, que se prepara para un despliegue en 2020.

Teniendo en cuenta las enormes inversiones que Orange y sus pares tendrán que hacer para actualizar sus redes, seguramente habrá choques con otras industrias. Los operadores inalámbricos han quedado impotentes para impedir que servicios como Netflix y YouTube construyan negocios rentables encima de su infraestructura. ¿Se mantendrán igual mientras los fabricantes de coches sin conductor y drones hacen lo mismo o presionarán por una tajada de los ingresos? Hay que estar atentos para la pelea.

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