"Maxforce" es el equipo de reguladores de la Unión Europea (UE) que ordenó a Irlanda cobrar a Apple miles de millones de euros de impuestos atrasados, crispó al gobierno irlandés y provocó cambios en la legislación fiscal internacional.
Uno pensaría que se ganó el nombre por aplicar el máximo rigor al investigar presuntos chanchullos financieros, pero no, el sobrenombre de este grupo especial fiscalizador proviene de su jefe, el abogado alemán Max Lienemeyer.
El equipo Maxforce ha estudiado la situación fiscal de cientos de empresas de toda Europa, incluido un acuerdo entre Starbucks Corp. y los Países Bajos, otro de Fiat Chrysler en Luxemburgo, y - el caso más grande - Apple en Irlanda.
Lienemeyer comenzó a articular su equipo a fines de la primavera de 2013 con el mandato de inspeccionar las políticas fiscales en toda Europa en busca de favoritismos, pues los subsidios directos o las desgravaciones fiscales para cortejar a una empresa específica son ilegales en la UE.
El equipo de Lienemeyer llevó a cabo una investigación de tres años que se extendió desde los pasillos de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, hasta el Ministerio de Hacienda de Irlanda y el mismísimo cuartel de Apple en Cupertino, California. La mayor parte de esta historia es la narración de un creciente conflicto entre Europa y Estados Unidos y un cambio en el enfoque de la UE hacia los asuntos fiscales de las multinacionales.
Maxforce concluyó que Irlanda consintió que Apple creara entidades apátridas que le permiten decidir cuánto (o qué tan poco) impuesto pagar. Los investigadores dicen que la compañía canalizó los beneficios de docenas de países a través de dos unidades con sede en Irlanda.
En un sistema al menos tácitamente avalado por las autoridades irlandesas, las ganancias se dividieron, y la gran mayoría se atribuyó a una "oficina central" sin empleados ni sede específica y, por tanto, sin obligación de pagar impuestos sobre los beneficios por las ventas fuera de Irlanda. Estados Unidos, por otra parte, no gravó las unidades porque estaban constituidas en Irlanda.
En agosto, la UE dijo que Irlanda había roto la ley europea al otorgarle a Apple un trato ventajoso. Ordenó que el país le cobrara al fabricante del iPhone 13 mil millones de euros en impuestos atrasados, más intereses, desde 2003 a 2014. Un ejemplo que la Comisión cita: En 2011, una unidad denominada Apple Sales International registró ganancias de aproximadamente 16 mil millones de euros por ventas fuera de Estados Unidos. Pero sólo 50 millones de euros se consideraron gravables en Irlanda, dejando 15 mil 950 millones de euros de ganancias sin gravar, señala la Comisión.
Aunque la UE dice que su objetivo es "garantizar el trato equitativo de las empresas" en toda Europa, Apple sostiene que la Comisión fue deliberadamente tras ella, y que con dicha decisión la UE está "cambiando retroactivamente las reglas y optando por ignorar décadas de derecho irlandés", y sus investigadores no entienden las diferencias entre los sistemas fiscales europeo y estadounidense, señaló Apple en una declaración el 8 de diciembre.
La empresa dice que sus unidades irlandesas pagaron a la compañía matriz una cuota de licencia para usar la propiedad intelectual en sus productos. Las compañías irlandesas no eran dueñas de la propiedad intelectual, por lo que no deben impuestos en Irlanda, dijo Apple, pero las unidades habrán de pagar una factura fiscal en Estados Unidos cuando repatríen las ganancias.
Apple espera pagar alrededor del 26 por ciento de sus ganancias en impuestos para el año fiscal más reciente y ha reservado unos 32 mil millones de dólares para cubrir los impuestos que dice que enfrentará si los ingresos en el extranjero regresan a Estados Unidos. "Este caso nunca ha sido acerca de cuántos impuestos paga Apple, es sobre dónde pagamos", dijo la compañía.
El 9 de noviembre Irlanda apeló la decisión de la Comisión en el Tribunal General de la UE en Luxemburgo, argumentando que no le dio a Apple ningún trato especial. Aunque la factura de 13 mil millones de euros equivaldría a una cuarta parte de su presupuesto nacional, el gobierno no los quiere, afirma que Irlanda no tiene derecho a gravar a las compañías no residentes por beneficios que provienen de actividades fuera del país.
"Mira la letra pequeña" en un iPhone, dijo el ministro de Finanzas de Irlanda, Michael Noonan, luego que la UE emitiera su decisión en agosto. "Dice diseñado en California, hecho en China. Eso significa que cualquier ganancia generada no se generó en Irlanda, así que no puedo entender por qué la obligación tributaria es en Irlanda".
Se espera que en las próximas semanas la UE publique detalles de la investigación de Maxforce. Y Apple probablemente presentará por las mismas fechas su propia apelación. Aunque la firma tendrá que pagar los impuestos en semanas, el dinero se mantendrá en custodia y la querella tardará años en resolverse.
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