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Este niño tiene un nuevo brazo... y es de Legos

Un diseñador colombiano creó Iko, una prótesis de brazo para niños que permite a los infantes desarrollar una extremidad perdida como se la imaginen, ya que funciona a través de piezas de Lego que pueden ser reemplazadas con facilidad. 

La tecnología y la imaginación pueden ser colegas, colaboradores y amigos, un ejemplo de ello es el desarrollo de prótesis para humanos que lleva un paso más allá el diseño y que trae a la realidad creaciones dignas de una novela de ciencia ficción.

El diseñador colombiano Carlos Arturo Torres imaginó y creó Iko, una prótesis que los niños puden crear y rediseñar con piezas de Lego, y así tener conectada a su brazo una prótesis de mano de cuatro dedos o una nave espacial diseñada por ellos mismos.

Torres, de acuerdo con una nota de Wired, es un diseñador colombiano establecido en Chicago que desarrolló Iko en una estancia de 6 meses en el Lego Future Lab, un establecimiento de investigación experimental de la marca de juguetes danesa.

Lego patrocinó el viaje de Torres a Bogotá para obervar a pacientes de un centro de rehabilitación llamado Cirec, fue ahí donde conoció a Dario, un niño de 8 años que tenía una malformación de nacimiento que lo dejó sin su brazo derecho.

Un día el diseñador vio a Dario dibujando un robot de 10 brazos . "Él hablaba de las diferentes capacidades que tenía el robot, y señaló un ojo biónico. (...) Dijo que el robot se construía a sí mismo porque era el únicos que sabía lo que necesitaba".

Después de esa experiencia Torres sabía lo que tenía que hacer, mencionó Torres en una entrevista con Wired.

Iko le permite a los niños construir con lego la extremidad que quieran y necesiten ya que el desarrollo cuenta con un terminal que va adherida al brazo con un sistema 'pop-and-lock' que permite enganchar y retirar con facilidad cualquier pieza.

La base que conecta el brazo y las creaciones de Lego está integrada por una batería, un procesador y sensores myoeléctricos que detectan el movimiento del músculo y lo transfieren al extremo del brazo, ya sea a una mano o a un robot diseñado por el niño.


El desarrollo de Torres está hecho para que lo utilicen niños de entre 3 y 12 años.

"Mis amigos psicólogos me dijeron que cuando un niño tiene una discapacidad no está consciente de ella hasta que se encuentra con la sociedad… es ahí cuando ellos se topan con momentos muy duros", dijo Torres.

El diseñador espera que entre 10 y 15 modelos estén listos para ser donados en diciembre a niños colombianos, además de que está en pláticas con inversores para hacer que Iko se desarrolle a gran escala, lo que cree ocurrirá hacia finales de 2017.

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