La empresa mexicana Biobox está buscando, a través de recompensas, incentivar entre las personas la cultura del reciclaje y al mismo tiempo hacer un negocio rentable.
La compañía, a través de alianzas, ha colocado en lugares estratégicos, máquinas similares a las expendedoras de refrescos, pero con un modelo a la inversa: en lugar de proveerle un producto a cambio de dinero, usted le deposita una botella para obtener puntos Payback.
"En algunos países europeos hay un impuesto por el envase y existen estas máquinas. Las primeras máquinas que salen al mercado te devolvían parte de ese impuesto. Entonces te imprimían un ticket y podías comprar en tiendas de autoservicio. La idea era cómo poder tener esas máquinas en México y América Latina. Al no tener ese impuesto tuvimos que poner un modelo de negocio que permitiera tanto recuperar ese PET y aluminio, como tener un tema de publicidad. Por eso las máquinas tuvimos que adecuarlas a nuestro propio modelo", explicó Eduardo Bustamante, director comercial de Biobox.
Por cada botella depositada, Biobox le da los puntos Payback equivalentes a 10 centavos. Y en caso de que no cuente con una tarjeta de este tipo, la cual es aceptada en tiendas como Comercial Mexicana y Seven Eleven, usted puede donar su apoyo a fundaciones como Del amor nace la vista, de Cinépolis y La fundación Doctor Sonrisas, México Azul, entre otras.
De acuerdo con Bustamante, pese a que la recompensa puede ser poca, hay personas que recurren a estas máquinas para ingresar decenas de envases, lo que les permite al menos comprar productos de la canasta básica.
El objetivo es poder sumar en el futuro otras opciones de recompensa, entre las que destacan la posibilidad de sumar esos 10 centavos a las tarjetas del Metro o Metrobús, tal y como pasó en Argentina, donde los residentes pueden recibir recompensas directamente a la tarjeta del metro.
La tecnología, explicó el directivo, puede permitir que las marcas den un premio a los usuarios.
"Por ejemplo, que por cada cinco botellas te regalen una entrada al cine", agregó.
Para hacer posible que el modelo funcione, Bustamante precisó que Biobox recurre a ingresos publicitarios, pues las máquinas cuentan con espacios en los que las marcas pueden ser vistas.
"La publicidad y el marketing han cambiado. Lo importante ahora no sólo es que te recuerden, sino cómo quieres ser recordado, entonces la máquina lo que promueve es un espacio que vas a relacionar a las marcas con un empresa socialmente responsable", añadió.
La empresa cuenta con 26 máquinas en tres ciudades de México y en Argentina y se tiene proyectado que al cierre de 2016 puedan alcanzar las 150, con lo que los ingresos por publicidad podrían estar entre los 2.7 y 4.5 millones de pesos.
Las máquinas cuentan con tecnología y un software diseñado por Biobox que indican cuándo se están llenando, si la botella es de PET o aluminio, qué marca, de qué tamaño y también permite separar dependiendo del material.