¿Una robot con ciudadanía saudita? Es la última escena surrealista del evento "Davos en el desierto", donde los líderes de Arabia Saudita han estado tratando de impresionar al resto del mundo con sus ambiciones económicas.
En un evento de tres días, durante el cual, el país ya ha dado los primeros trazos sobre su intención de construir, desde cero, una nueva ciudad llamada Neom, el anuncio de que una robot llamada Sophia recibió la ciudadanía saudita acapara los reflectores.
Junto con un león holográfico y una montaña rusa virtual, la robot ha estado en exhibición en la Iniciativa de Inversión Futura llevada a cabo por el Fondo de Inversión Pública Saudita esta semana.
"Gracias al Reino de Arabia Saudita", dijo Sophia cuando supo de su ciudadanía. "Es histórico ser la primera robot en el mundo que obtiene una ciudadanía".
El anuncio podría ser controversial entre los sauditas conservadores, muchos de los cuales creen que la representación de la forma humana, incluso en el arte o en un maniquí, es sacrílega.
La ciudadanía también es un beneficio cuidadosamente velado en el reino, que no lo otorga a los trabajadores extranjeros que constituyen aproximadamente un tercio de la población, incluso a algunas familias que han estado allí por generaciones o a los hijos de mujeres sauditas y hombres extranjeros.
En una declaración, el Centro de Comunicación Internacional del gobierno saudita describió la ciudadanía como "un asunto significativo".
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