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El laboratorio que desarrolla 'coders' mexicanas

En este lugar jóvenes que no tuvieron acceso a educación superior de calidad pueden aprender programación.

María José Olvera estudiaba teatro en México y hoy trabaja en una consultoría en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Katherine Díaz era intendente, ahora es programadora en una empresa especializada en desarrollo de software.

Ambas son egresadas de Laboratoria, una academia de programación con sedes en México, Perú y Chile que mediante la enseñanza de código empodera a jóvenes que no han tenido acceso a educación superior de calidad.

Desde su fundación en 2014 en Perú, se han graduado 400 'coders' en los países en los que tiene presencia y 70 por ciento tiene empleo en el sector tecnológico. En México inició operaciones en 2015.

"Para mí, fue una puerta de entrada al mundo de la tecnología; de no haber tomado el curso, seguramente tampoco me habría inclinado por este sector y tampoco habría tenido las oportunidades que tuve", comentó Olvera, quien trabaja en un área de IPS (Innovation Business Partners) del BID.

Previo al programa intensivo de cinco meses, las chicas realizan un propedéutico en línea con módulos introductorios de los lenguajes HTML, CSS y JavaScript.

Luego, durante el curso, se les enseña un mes de maquetación en HTML y CSS; después herramientas de productividad como Bootstrap, Sass y Github, y, por último, aprenden lenguajes como JavaScript.

Al finalizar, tienen un perfil de desarrolladoras 'front-end', lo que significa que están capacitadas para diseñar la arquitectura de un sitio.

En el año y medio posterior, continúan su aprendizaje en una plataforma en línea, donde obtienen conocimientos de desarrollo 'back-end' para programar las funcionalidades, por ejemplo, la integración de bases de datos.

Durante el curso intensivo pagan 200 pesos mensuales y después tienen tres años para pagar el resto del costo, que ronda los 34 mil pesos.

La meta de la empresa es que para 2021 sumen 10 mil 'coders' en Latinoamérica con 85 por ciento de empleabilidad.

"María José era muy dedicada, se esforzaba muchísimo, fue de las mejores alumnas de la primera generación; fue contratada por una empresa que se llama Vinco Orbis, aquí (en México), trabajó con ellos por unos meses y surgió esta oportunidad de ir a Estados Unidos a trabajar durante tres meses en una consultoría con el BID, y estuvieron tan contentos con ella que nos acaban de confirmar que le van a extender el contrato", contó Gabriela Rocha, directora ejecutiva de Laboratoria.

Otro caso de éxito es Katherine Díaz, una madre soltera que trabajaba, junto con su padre, como intendente en el edificio en donde Laboratoria lanzó su programa piloto.

Tras salir del programa intensivo, Díaz comenzó a trabajar en Harweb, una empresa de software.

"Hoy programa en JavaScript. Ellos están súper contentos con ella; ella está súper contenta allá. Esto implicó un cambio grande porque el cambio en el sueldo representó algo significativo en la familia", mencionó Rocha.

Para postularse, no es necesario contar con conocimientos de desarrollo o computación, pero sí se requiere secundaria terminada y tener entre 18 y 35 años de edad.

También requieren disponibilidad de tiempo y poder asistir a las oficinas en la colonia Hipódromo Condesa, en la Ciudad de México.
Debido al número de solicitudes, sólo una de cada cinco postulantes ingresa.

Laboratoria tiene como donantes y aliados regionales a Google, Microsoft, Moodys, Linkedin, Telefónica, Odebrecht, Prosoftware, entre otros, y contempla expandirse en 2017 a Colombia y en 2018 a otros países latinoamericanos.

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