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Aumenta el misterio en torno al bitcoin: Satoshi rechaza ser el creador

Luego que "Newsweek" aseguró que la persona que escribió las bases de los códigos informáticos de la moneda virtual era Satoshi Nakamoto, esa versión fue desmentida por el señalado.

LOS ANGELES, California.- Dorian Prentice Satoshi Nakamoto rechazó ayer ser el creador del bitcoin, aumentando con su declaración el misterio en torno a la historia del surgimiento de la moneda digital más popular del mundo. Así, desde el surgimiento del bitcoin en 2009, el inventor continúa en el anonimato.

El desmentido se dio después de que "Newsweek" hiciera pública una investigación de dos meses que, según la revista, terminó en la identificación de "el rostro detrás de Bitcoin". El artículo aseguraba que Nakamoto, de 64 años, era la persona que escribió las bases de los códigos informáticos del bitcoin.

"Newsweek" sostuvo la veracidad del contenido de su texto, con cuya publicación reinauguró su edición impresa después de 15 meses bajo la reestructuración de un nuevo dueño.


En entrevista con reporteros de The Associated Press, Nakamoto, con residencia en Temple City, California, rechazó que tuviera algo que ver con la criptomoneda.

Según éste, jamás había escuchado del bitcoin hasta que su hijo le comentó que se había comunicado con él un reportero de "Newsweek" hace tres semanas.

Nakamoto reconoció que muchos de los detalles del artículo son correctos, como que trabajó alguna vez como contratista de defensa y que su nombre de nacimiento era Satoshi.

Una de las caras de la moneda tiene que ver con su popularidad entre los entusiastas de la tecnología, los libertarios e inversionistas ávidos de riesgo porque permite hacer transacciones personales, comprar bienes y servicios e intercambiar dinero en todo el mundo, sin la participación de los bancos centrales ni instituciones de crédito; la otra: el bitcoin es atractivo para el hampa por las mismas razones.

Después de que "Newsweek" publicara el artículo en su página de internet, Nakamoto dijo que le cayó un alud de llamadas en su casa. Para media mañana, una decena de reporteros aguardaban en el exterior de su vivienda.

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