CIUDAD DE MÉXICO.- Durante la marcha del 2 de octubre, un grupo de 200 anarquistas lanzó piedras, botellas y palos contra los vidrios de las oficinas de una sucursal bancaria ubicada en la esquina de la calle Palma y 5 de Mayo.
Además, arrojaron proyectiles contra reporteros, camarógrafos y fotógrafos a unos metros de llegar al Zócalo capitalino.
La calle de 5 de Mayo la recorrieron prácticamente corriendo.
En casi todos los establecimientos de esa arteria del Centro Histórico, se colocaron tapiales, los cuales protegieron en gran parte los vidrios del paso del contingente vestido de negro.
Ante la imposibilidad de romper más vidrios, patearon una cabina telefónica y pintaron con aerosol las bardas.
Los jóvenes llegaron al Zócalo y se mantienen a la expectativa en la plaza.