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En medio de la pandemia de COVID-19, funcionarios del Gobierno de Lanzhou, en China, informaron que al menos unas 10 mil personas han dado positivo por brucelosis. El brote fue provocado por la fuga de una planta biofarmacéutica que produce vacunas para animales en 2019.
Según los informes de los medios locales, la enfermedad, también conocida como fiebre de Malta o fiebre mediterránea, puede provocar síntomas como dolores de cabeza, dolores musculares, fiebre y fatiga.
La Comisión de Salud de Lanzhou dijo este jueves que "al 30 de noviembre, había 79 mil 357 pruebas locales, incluidas 10 mil 786 pruebas repetidas y 68 mil 571 pruebas reales. Hubo 10 mil 528 personas que dieron positivo al anticuerpo confirmado por el CDC de Gansu", según CNN.
Si bien estos pueden desaparecer, algunos síntomas pueden volverse crónicos o nunca desaparecer, como artritis o hinchazón en ciertos órganos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
La transmisión de persona a persona es extremadamente rara, según los CDC. En cambio, la mayoría de las personas se infectan al comer alimentos contaminados o respirar la bacteria, que parece ser el caso en Lanzhou.
Este brote se debió a una fuga en la fábrica farmacéutica biológica de Zhongmu Lanzhou, que ocurrió entre finales de julio y finales de agosto del año pasado, de acuerdo con información de CNN.
Mientras producía vacunas de Brucella para uso animal, la fábrica usaba desinfectantes vencidos, lo que significa que no todas las bacterias fueron erradicadas en los gases residuales.
Desde el 24 de julio de 2019 hasta el 20 de agosto, la fábrica farmacéutica biológica de Lanzhou utilizó desinfectante caducado en el proceso de producción de la vacuna Brucella para uso animal, lo que llevó a la esterilización incompleta de los gases residuales de la fermentación de producción.
El gas residual que transporta el líquido de fermentación que contiene bacterias formó aerosoles que contienen bacterias. Esto fue un accidente y la exposición ocurrió en un corto periodo de tiempo, según el informe.
El 13 de enero de este año, a la fábrica de productos farmacéuticos biológicos se le retiró la licencia de producción de la vacuna Brucella. La fábrica cerró el taller de producción de la vacuna el 7 de diciembre de 2019 y ocho personas fueron castigadas en su momento.
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