Salud

EU ya aplica vacuna contra COVID, pero algunos trabajadores de la salud se niegan a recibirla

Empleados jóvenes de la comunidad médica se muestran reacios debido a los rumores generalizados pero infundados sobre posibles efectos secundarios de la vacuna como la infertilidad.

Algunos trabajadores de la salud en Estados Unidos han expresado su reticencia a recibir la nueva vacuna contra el coronavirus, un reflejo de la inquietud que las autoridades estadounidenses esperan superar a medida que intensifican el esfuerzo de inmunización en el país.

Durante meses, las encuestas mostraron un escepticismo generalizado sobre la vacuna después del intento de la administración de Donald Trump para contar con ella antes de las elecciones de noviembre. Las autoridades de salud pública dicen que la preocupación ha disminuido desde entonces, pero el inicio de las vacunaciones esta semana dejó en claro que algunos trabajadores de la salud siguen reacios a vacunarse.

Si bien siempre hay detractores de las vacunas, las dudas entre los miembros de la comunidad médica podrían disuadir al público en general a pesar del historial de seguridad y la tasa de eficacia de más de 90 por ciento de las primeras vacunas. Entre las más de 20 mil personas que participaron en el ensayo de Pfizer, los efectos secundarios graves fueron poco frecuentes.

Pese a que muchos trabajadores de la salud aplaudieron la llegada de las primeras dosis para combatir un virus que ha cobrado la vida de más de 308 mil estadounidenses, algunos empleados más jóvenes se muestran reacios debido a los rumores generalizados pero infundados sobre posibles efectos secundarios como la infertilidad.

El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos recomienda vacunar a las mujeres embarazadas ya que tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades graves por el COVID-19, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.

Otros temen por la velocidad récord de la llegada de la vacuna. La vacuna de Pfizer, y una fabricada por Moderna que se espera obtenga la autorización de EU el viernes, fueron desarrolladas en cuestión de meses después del inicio de la pandemia a principios de este año. El programa Operación Warp Speed del Gobierno ayudó a acelerar la entrega de vacunas y tratamientos para el COVID-19

El desarrollo de vacunas en general toma mucho más tiempo; el licenciamiento a menudo puede tardar 10 años o más, según los CDC. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) tiene estándares rigurosos para la aprobación de vacunas, ya que se administran masivamente a personas sanas.

Los temores se intensificaron esta semana por informes de que dos personas en Alaska que recibieron la vacuna sufrieron reacciones alérgicas inusuales, algo que también se ha evidenciado en el Reino Unido. Pfizer y los reguladores de medicamentos de EU se encuentran revisando información para el uso y monitoreo de la vacuna contra el COVID-19 que fue desarrollada junto con BioNTech.

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