Salud

No es ‘culpa’ del COVID: Esta es la razón por la que los humanos están perdiendo el olfato

Nuestro olfato se está comenzando a desgastar; el COVID-19 y la contaminación, son factores.

El olfato es uno de los sentidos que últimamente tenemos más comprometido por la contaminación ambiental que en años recientes ha aumentado considerablemente, además de la amenaza del COVID-19, que era una de las amenazas más grandes a este sentido.

Esta última problemática derivó en que millones de personas conocieran de primera mano lo que es no tener olfato, o tenerlo reducido a un mínimo preocupante. Como uno de los 5 sentidos humanos, perder uno, aún de manera temporal como lo genera el COVID, planea un conflicto sobre cómo sería no tenerlo.

De acuerdo con expertos de la Escuela de Medicina Johns Hopkins en Estados Unidos, a la amenaza de la enfermedad respiratoria, se suma una nueva problemática: la contaminación.

Murugappan Ramanathan, rinólogo de esta institución, señala que el aumento de las partículas contaminantes PM2.5, que se emiten al ambiente como desechos aéreos de autos, estaciones eléctricas y residencias, están provocando una “disfunción olfatoria” en millones de personas.

Como ejemplo, el experto señala un estudio realizado en CDMX en 2006, cuando se observó que personas que habitaban en la capital, tenían un olfato ‘más pobre’ que las personas que vivían en zonas menos contaminadas y más alejadas de poblaciones grandes.

¿Cómo cuidar nuestro olfato?

Según señalan expertos en el área, lo primordial es cuidar el aire que respiramos, cuidando la calidad del ambiente a fin de evitar que las partículas PM2.5, sean absorbidas por nuestros cuerpos.


Al respecto, Ramanathan señala que estudios han identificado cargas de partículas metálicas en estas esporas contaminantes, las cuales se han alojado en nivel cerebral de millones de personas.

Aunque pudiera parecer no demasiado grave, lo anterior, destaca el rinólogo, puede derivar en una enfermedad conocida como ‘anosmia’, que es la incapacidad para detectar olores. Este padecimiento es degenerativo y, según se sabe, puede derivar en problemas de salud más amplios, como padecimientos neurológicos o cardiacos.

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