Las mujeres embarazadas infectadas por SARS-CoV-2 se enfrentan a un riesgo de muerte siete veces mayor que las que no contraen el virus y a más probabilidades de ingresar en cuidados intensivos, según un estudio que recalca la importancia de la vacunación contra el COVID-19 para todas las mujeres en edad fértil.
Estas son dos de las conclusiones de un metaanálisis con datos de 12 estudios de 12 países, entre ellos España y Estados Unidos, en los que han participado 13.136 mujeres. Los resultados, que también constatan mayores riesgos para los bebés, se publican en BMJ Global Health.
“Este estudio aporta las pruebas más completas hasta la fecha que sugieren que el COVID-19 es una amenaza durante el embarazo”, resume Emily R. Smith, del Instituto Milken de la Universidad George Washington y autora principal del estudio.
“Nuestros hallazgos -añade- subrayan la importancia de la vacunación contra el COVID-19 para todas las mujeres en edad fértil”.
A pesar de los crecientes conocimientos sobre los riesgos de esta enfermedad durante el embarazo, muchas mujeres en edad fértil siguen sin vacunarse.
En algunos casos, dudan o se niegan a recibir la vacuna o la dosis de refuerzo porque no creen que el coronavirus plantee riesgos o no están convencidas de la seguridad de la misma durante el embarazo, recuerda una nota de la universidad estadounidense.
Incluso algunos médicos pueden dudar en administrar la vacuna a una mujer embarazada, aunque esté recomendada, afirma Smith.
Los investigadores escudriñaron datos de mujeres embarazadas de Ghana, China-Hong Kong, Italia, Kenia, Nigeria, Sudáfrica, España, Suecia, la República Democrática del Congo, Turquía, Uganda y Estados Unidos.
Descubrieron que, en comparación con las mujeres embarazadas no infectadas, las embarazadas con infección por COVID-19 tenían un riesgo siete veces mayor de morir durante el embarazo o el parto, y un riesgo casi cuatro veces superior de ingresar en la unidad de cuidados intensivos.
Además, hay un riesgo 15 veces mayor de necesitar tratamiento con ventilador y 23 veces más probabilidades de desarrollar neumonía.
Respecto a la enfermedad tromboembólica o coágulos sanguíneos, que pueden causar dolor, hinchazón u otras complicaciones potencialmente mortales, el peligro es más de cinco veces superior.
Los bebés nacidos de mujeres con infección por covid-19 tenían casi el doble de probabilidades de ser ingresados en una unidad de cuidados neonatales; casi tres veces más probabilidades de nacer moderadamente prematuros (antes de las 34 semanas); y un 19% más de probabilidades de tener bajo peso al nacer.
Pero, a diferencia de los resultados de revisiones anteriores, la infección por COVID-19 no se relacionó con un mayor riesgo de mortinatalidad a las 28 semanas de embarazo o más, ni con un crecimiento restringido.
Según Smith, a pesar de los gravísimos riesgos para la salud, más de 80 países siguen sin recomendar que todas las mujeres embarazadas y lactantes reciban la vacuna COVID: “Todos los países, incluido Estados Unidos, deberían hacer del acceso a las vacunas COVID una prioridad urgente para salvar vidas y prevenir problemas de salud”.