Reflector

Simular una montaña rusa en el sonido: Battles

Ian Williams y John Stanier, miembros de Battles, estrenan su nuevo álbum Juice B Crypts, con el cual prueban el potencial ilimitado de los patrones de sonido.

Conservar la intriga. Mixear sin fórmulas. Orientar cada track para simular el camino de una montaña rusa desde el inicio hasta el final, así crearon Ian Williams y John Stanier, integrantes de Battles, su nuevo álbum Juice B Crypts.

"Decidimos darle un poco de individualidad a cada canción, pero al mismo tiempo el orden de las canciones era bastante importante, porque todavía creemos en el arte de la secuencia de los álbums, porque este arte de la secuencia en los álbums debería de llevarte en un camino como si fuera una montaña rusa del inicio al final", explica el baterista John Stanier.

Este arte de la secuencia en los álbums debería de llevarte en un camino como si fuera una montaña rusa del inicio al final."

John Stanier
Músico

La banda reinventó la forma en la que venían trabajando proyectos pasados como Mirrored (2007), Gloss Drop (2011) y La Di Da Di (2015); por ello, grabaron en un estudio diferente y cambiaron de disquera. Le dieron vuelo a la creatividad y en ese aire, surgió un nuevo miembro: su productor Chris Tabron.

Tabron ha colaborado con diversos artistas y bandas, desde la agrupación Trash Talk de punk hardcore, pasando por el exdúo de rap Mobb Deep y el grupo de hip hop Ratking, hasta Beyoncé, la única cantante en recibir dos premios Leyenda.

"De una manera extraña, el productor se convirtió en el tercer miembro de la banda porque influenciaba mucho su estilo musical y sabía lo que hacía", comenta Stanier.

La portada fue diseñada por el artista neoyorquino Andrew Kuo, cuyo estilo se caracteriza por la composición meticulosa y colorida de pinturas abstractas. Para crear el arte del disco, Kuo reflejó cada una de las canciones en 10 barras horizontales y la esencia la captura jugando con efectos 3D. Diseñó al ritmo de Battles: codificando frases y colores con nombres memorables.

El álbum prueba el potencial ilimitado de los patrones de sonido a través de la experimentación tecnológica, cuestiones de autenticidad y la inspiración que emerge en el último momento.

La canción 'Titanium 2 Step' cuenta con la participación del músico legendario Sal Principato de la icónica banda ochentera Liquid Liquid, canción que funge como un tributo a la ciudad de Nueva York. John Stanier cuenta que primero trataron de crear una pieza instrumental, pero eso no les funcionó. Entonces la voz pasó a tener una actuación bastante fuerte. Tardaron en producir la canción tan solo dos horas.

Nos encantó grabar este disco en nuestra ciudad, Nueva York, y no podríamos estar más felices con la participación de Sal (Principato) en la canción. No podría haber sido más perfecto."

John Stanier
Músico

Recientemente, un integrante más se bajó del barco: Dave Konopka. En lugar de refugiarse en la nostalgia o de darse un break de los reflectores, el ahora duo siguió adelante con el nuevo proyecto.

Cada canción se defiende por sí misma. Juice B Crypts inicia con el dinamismo de 'Ambulance', que te proyecta inmediatamente hacia el sonido fundamental de Battles con sus loops de guitarras meticulosos y niveles sobresalientes de deconstrucción instrumental.

'A Loop So Nice...' te lleva progresivamente hacia una transición a 'They Played It Twice' con la cantante Xenia Rubinos, cuya voz libera la pieza.

Battles también colaboró con Prairie WWWW, la banda experimental originaria de Taipei, y con el vocalista de Yes e ícono de la música progresiva Jon Anderson para darle voz a 'Sugar Foot'.

"El final (en la canción 'Last Supper On Shasta') cuando el piano se oye, es en realidad el fin del álbum, pero también es el principio del álbum porque si escuchas el principio del álbum es un sintetizador acústico y termina con el piano acústico: es el principio y el fin, es un ciclo", concluye Stainer.

Ian y John configuraron el arte de la secuencia en el disco y experimentaron con el sintetizador, tambores y riffs cíclicos. Para ellos, el espectador nunca va a poder descifrar el significado real de sus canciones. Mantienen el misterio y demuestran el potencial ilimitado de los patrones de sonido.

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