Ana y Bruno, la película de animación mexicana, tardó 10 años en llegar a los cines, y su director explica las razones.
"Ana y Bruno es una historia que trabajamos una década, (sólo) la producción tardó cinco años y es la historia de una niña que con la ayuda de los seres imaginarios de los pacientes de un hospital psiquiátrico logra reunir a su familia. Es una película que toca muchas emociones, a personas de todas las edades", indicó Carlos Carrera, director de este filme, para La Nota Dura con Javier Risco.
Detalló que hacer una película de animación es complicada porque se deben hacer cuadro por cuadro, por lo que de la nada se da vida a personajes que no existen.
"En México es difícil cuando es una película distinta a lo que las fórmulas comerciales requieren. A mí me gusta eso, llegar al cine y sorprenderme, asustarme, emocionarme. Cuando veo una película de superhéroes o una comedia romántica que a los cinco minutos ya sé cómo va a acabar, pues me siento que estoy perdiendo como hora y media de mi vida. Y a mí las películas que me gustan son las que me proponen mundos nuevos o me enseñan cosas nuevas o me invitan a pensar o sentir cosas, y creo que en Ana y Bruno sí lo logramos", agregó.
Señaló que esta es su primera película de clasificación A para niños y con ella, logró lo que quería: hacer un filme para toda la familia con un final feliz.
"Quería hacer una película que fuera muy emocionante y que además fuera un poco más luminosa que los temas que normalmente trato. Algunas películas sí han sido optimistas como 'La Mujer de Benjamín', pero llevaba una rachilla de películas bastante pesimistas, entonces dije 'voy a hacer una con final feliz. No pasan cosas muy felices, pero al final la historia acaba calentando el corazón'", detalló.