CIUDAD DE MÉXICO. El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, aseguró ante la Cámara de Diputados que está garantizada la transparencia de los recursos del Fondo Mexicano del Petróleo, producto de la renta petrolera que dejarán los contratos contemplados en la reforma energética.
Explicó que se trata de un modelo "universalmente aceptado" y con experiencias de resultados positivos.
Dijo que todos serán considerados parte de la hacienda pública y tendrán que ser auditados por la Auditoría Superior de la Federación -organismo dependiente de la Cámara de Diputados-, así como por un auditor externo designado por el Banco de México.
Aunque reconoció que el Fondo será operado por un fideicomiso no regulado por el marco legal actual, sino por uno con reglas propias, y manejado por un comité técnico, integrado con funcionarios del gobierno federal, del Banco de México y por miembros independientes propuestos por el Ejecutivo, Carstens sostuvo que "es un acierto y un elemento fundamental que ha probado sus bondades en 26 países".
No obstante reconoció que, aunque el comité técnico será es el responsable de hacer las mejores inversiones a largo plazo, "no hay una bola mágica" y las inversiones siempre correrán riesgos ante eventos inesperados, como los huracanes, las guerras y las crisis económicas.
En una reunión magna para aclarar dudas de los legisladores de las comisiones de Energía, Hacienda y de Presupuesto de la Cámara den Diputados, el gobernador del Banco de México detalló que el Fondo Mexicano será también una garantía y un emergente ante eventualidades como la caída en los precios del crudo, la caída en la producción y en el bajo crecimiento de la economía nacional.
Recordó que cuando las reservas superen el 3 por ciento del PIB, la ley prevé que del resto de los recursos, el 60 por ciento serán transferidos al Presupuesto de Egresos y distribuidos como la Cámara de Diputados lo determine, y el 40 por ciento serán para capitalizar el Fondo.
Asimismo, cuando esas mismas reservas superen el 10 por ciento del PIB, del resto de los recursos adicionales, el 10 por ciento se irá a fondo para la pensión universal, 10 por ciento a proyectos de en ciencia tecnología, el 30 por ciento en proyectos petroleros, 10 por ciento becas para el desarrollo de la industria.