Yonathan Amador Gomez

Vico Díaz, inspiración en la tradición

Guadalajara es un semillero importante para la música y el jazz. El bajista Vico Díaz es una prueba más de ello.

Los vínculos entre el rock y el jazz son mucho más estrechos de lo que en apariencia podría pensarse. Y no me refiero nada más a lo que sucede en Estados Unidos, en donde tenemos obvios ejemplos como el Miles Davis de los años 70. En nuestro país de igual manera los tenemos. Para comenzar en los inicios modernos del jazz mexicano, jazzistas como el pianista Mario Patrón, el baterista Leobardo "Leo" Acosta o el saxofonista Tommy Rodríguez "La Negrita" fueron jazzistas destacados, pioneros del género en nuestro país, quienes de manera directa apoyaron e impulsaron el rock mexicano en sus inicios.

En tiempos recientes la relación es más cercana. Recuerdo el proyecto de la ópera rock Dr. Frankenstein, de José Fors (Cuca), producida por la Universidad de Guadalajara, en la que Iraida Noriega colaboró a lado de músicos de rock y con Sara Valenzuela, vocalista de La Dosis, quien lleva varios años explorando y apoyando desde distintas trincheras ㅡcon su programa de radio, con Fundación Tónica, por mencionar dosㅡ al jazz nacional.

Guadalajara es un semillero importante para la música y el jazz. El bajista Vico Díaz es una prueba más de ello. Vico, que a sus 17 años estudiaba música clásica en la Universidad de Guadalajara y tocaba en covers en bares, vio cumplirse uno de sus primeros anhelos: tocar con una de las bandas de rock importantes del país, Rostros Ocultos. Con ellos y durante 3 años tuvo una formación musical que solo se presenta cuando estás tocando a diario, dando conciertos, giras nacionales e internacionales: la práctica.

Luego de Rostros Ocultos obtuvo una beca para estudiar en Boston en Berklee College of Music y regresó a Guadalajara. A Vico lo ubiqué por primera vez a través de un gran disco, Fugumi (2009), a lado del guitarrista Tom Kessler ㅡtambién de Guadalajara y que ahora radica en Alemaniaㅡ y el baterista Giovanni Figueroa (este disco se puede escuchar y comprar en Bandcamp). En Fogumi se percibe la exploración del trío entre diversos géneros la improvisación, el jazz, el rock, la música clásica y la electrónica, un proyecto que a mi gusto se coloca entre los mejores discos del jazz mexicano.

La inquietud musical de Vico lo ha llevado a colaborar con distintos proyectos, uno fue Ampersan (Kevin García y Zindu Cano), banda igualmente de Guadalajara que fusiona sonidos electrónicos con instrumentos prehispánicos y música tradicional mexicana como los sones. Ese contacto lo llevó a querer explorar sus propios límites. "Yo podía tocar sobre esa tradición, cosas que yo había aprendido", me comenta Vico quien define su decisión de dejar el bajo a un lado por la Leona ㅡel bajo dentro del grupo de cuerdas en la tradición mexicanaㅡ como un acto político-ideológico al "abrazar nuestras raíces y nuestros instrumentos… uno de mis sueños es lograr que la leona sea como el piano, un instrumento universal, con el que se puedan interpretar todo tipo de música".

Así vinieron proyectos como Toktli (2017), en donde comenzó esa búsqueda entre la música tradicional y la contemporánea, volcada en el jazz y la improvisación que tanto le gusta. "Como yo abordo la música mexicana y como yo la toco siento que es muy parte de mi y al final siento que esa parte le estaba faltando el jazz".

Su búsqueda lo llevó a explorar músicos mexicanos y llegó con don Isidro Nieves, uno de los grandes maestros del requinto jarocho, lo estudió y durante su estancia en Comala, Colima, de la mano del versador Camal González se adentró más y más al mundo del son. Así se fue gestando en su cabeza su siguiente proyecto Rendezvous (2020), vocablo de origen francés que significa cita, encuentro, reunión; eso es lo que consiguió Vico, un rendezvous con el requinto de don Isidro, la batería en loops de Eric Halland y su leona e improvisación. El disco Guitarra de Son de Isidro Nieves, 18 temas interpretados sólo con requinto, fue la base del proyecto en el que Vico mezcló artesanalmente el disco con un paquete de loops de batería de Eric Halland y sobre el resultado grabó la leona.

En los últimos años, varios jazzistas mexicanos han trabajado en el rescate de nuestro folclore. Vico, inspirado por los compositores rusos, asegura que lo que les pasaba a ellos a inicios del siglo XX, cuyas composiciones en un contexto contemporáneo se inspiraba en su tradición, le sucede a los músicos mexicanos ahora. "Estamos componiendo dentro del paraguas, en el contexto del jazz, en donde el jazz es el impresionismo, el barroco, el clasicismo, todos esos son momentos y eras en la música y el tiempo actual es el del jazz" y su inspiración es la tradición musical mexicana.

COLUMNAS ANTERIORES

Azules, los blues de Louise Phelan y Octavio Herrero
Alex Mercado, entre la música y la poesía

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.