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¿Primero los pobres? Hay 10 millones más

La contracción de la economía mexicana, estimada para este año en alrededor de 9.0 por ciento, repercutirá en la seguridad alimentaria de casi 10 millones de personas.

Hay nuevas y contundentes evidencias del incremento de la población en situación de pobreza extrema a niveles récord en México como resultado de la pandemia por Covid-19.

El Coneval, organismo responsable de medir la pobreza en el país, informó que entre el primer y tercer trimestres del año, el ingreso laboral real per cápita tuvo una disminución de 12.3 por ciento al pasar a mil 675.21 pesos al mes, el más bajo desde finales de 2017.

En consecuencia, en el mismo periodo se registró un aumento de la pobreza laboral de 35.7 a 44.5 por ciento.

Ese es el porcentaje de la población cuyo ingreso laboral es insuficiente para comprar los bienes de la canasta alimentaria.

No podría adquirirlos aun si hiciera uso de todo el ingreso laboral disponible en el hogar.

El repunte sin precedente equivale a un incremento de 9.7 millones de personas con un ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria.

Eso significa que, por la pandemia, el número de personas en situación de pobreza extrema por ingresos aumentará sobre 30 millones en 2020 desde 21 millones en 2018.

Será, probablemente, el incremento más alto en el nivel de pobreza extrema entre los países de la región.

El escenario implica revertir el avance logrado en México entre 2014 y 2018, cuando hubo una reducción de 3.6 millones de personas con un ingreso inferior a la línea de pobreza extrema.

El deterioro que experimentó el poder adquisitivo de los hogares mexicanos de menores recursos en este año se debe no sólo a la pérdida de ingresos, sino también al aumento en los precios de la canasta alimentaria y al incremento en la tasa de desocupación ante la crisis derivada de la pandemia.

De acuerdo con el Coneval, 12 entidades federativas mantuvieron niveles de pobreza laboral por encima de 45 por ciento en julio, agosto y septiembre.

Destacan los casos de Chiapas, con 69.3 por ciento; Guerrero, con 62.6; Oaxaca, con 60.4; Hidalgo, con 55.1, y Veracruz, con 55 por ciento.

En Chiapas prácticamente 70 de cada 100 personas tienen ingresos laborales que son menores al costo de la canasta alimentaria.

La crisis ocasionada por la pandemia está revirtiendo los avances en materia de desarrollo social y afectando a los grupos más vulnerables, principalmente.

La fotografía que anticipa esta regresión es un incremento tanto de la pobreza como de la desigualdad del ingreso en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2020 que publicará el Inegi el año entrante.

El presidente López Obrador y su gobierno enfrentan el reto muy complejo de mejorar las condiciones de vida de las familias y personas más vulnerables.

Entre la población vulnerable están quienes tienen o tenían una ocupación en las micro y pequeñas empresas o en el sector informal, que se han visto más afectados en términos de ingreso y oportunidades laborales.

Los datos del Coneval corroboran que, por la caída de los ingresos y el aumento del desempleo, millones de mexicanos no están pudiendo cubrir los costos básicos de la alimentación.

Al no adquirir suficientes alimentos, la opción de muchos será reemplazarlos por otros más baratos y de menor calidad nutricional.

La crisis puede reducir el acceso a alimentos como lácteos, carnes, frutas y verduras, o pescados y mariscos, entre otros.

La contracción de la economía mexicana, estimada para este año en alrededor de 9.0 por ciento, repercutirá directamente en la seguridad alimentaria de casi 10 millones de personas que caerán por debajo de la línea de pobreza extrema.

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