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¿Peso fuerte o dólar débil?

El peso se ha recuperado a niveles previos a la pandemia y al inicio de la turbulencia en los mercados financieros globales.

México logró una condición de estabilidad financiera de corto plazo, a pesar de la crisis derivada de la pandemia de covid-19.

Para muestra, un botón de la estabilidad es la importante apreciación que registra el tipo de cambio.

De finales de septiembre a la fecha, la moneda mexicana ha recuperado 2.7 pesos o 12 por ciento frente a la divisa estadounidense, que este viernes cerró en 19.80 pesos en el mercado interbancario, su menor cotización desde el pasado 4 de marzo, justo hace nueve meses.

La recuperación ha puesto al tipo de cambio en niveles previos a la pandemia y al inicio de la turbulencia en los mercados financieros globales, pero aún acumula una depreciación de 4.8 por ciento respecto al cierre de 2019, cuando el dólar cotizaba en 18.89 pesos.

¿A qué responde la reciente apreciación cambiaria? Son varios factores los que explican el comportamiento del tipo de cambio.

El más importante es que nuestro peso ha ganado terreno, en línea con la recuperación de la mayoría de las monedas emergentes frente al dólar, que respecto a una canasta de monedas está en su punto más débil desde mayo de 2018.

El contexto en el mercado es que la pandemia está empeorando en Estados Unidos, donde las noticias negativas sobre contagios y muertes por covid-19 ensombrecen las positivas sobre avances en el desarrollo de vacunas.

No sólo está en riesgo la recuperación de la economía estadounidense, sino que se mantiene la incertidumbre relacionada con la aprobación de un paquete de estímulo fiscal adicional en EU.

En síntesis, la 'normalidad' cambiaria de las últimas diez semanas no es resultado de un peso fuerte, sino de un dólar débil.

La apreciación del peso está lejos de ser un indicador del comportamiento de la economía mexicana, como lo sugiere con frecuencia el presidente López Obrador.

Además, no debe apostarse a que la estabilidad de nuestra moneda está asegurada.

La recuperación del peso no está sustentada en los fundamentos macroeconómicos del país, si bien hay menos preocupación de las calificadoras sobre México.

Durante las últimas semanas, dos de las tres principales agencias calificadoras ratificaron las calificaciones crediticias de la deuda soberana.

El jueves pasado, Standard & Poor's confirmó la nota crediticia de México en 'BBB', pero la perspectiva se mantuvo negativa, lo que significa que aún es posible ver un recorte de la calificación en los próximos 12 a 18 meses.

Tres semanas antes, el 11 de noviembre, Fitch Ratings ratificó la calificación del país en 'BBB-' con perspectiva estable ante el marco de política macroeconómica consistente, finanzas externas relativamente robustas y un nivel de deuda pública estable.

Aunque en ambos casos la calificación se mantiene en la categoría de grado de inversión, persiste el riesgo de observar recortes hacia adelante.

Aún no hay que cantar victoria.

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