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La brecha entre percepción y realidad

La confianza de los consumidores y hogares no corresponde con la cautela que muestran los empresarios y negocios nacionales.

La percepción de los consumidores y hogares mexicanos camina por un lado y la de los empresarios y negocios, por otro.

Hay una notoria brecha entre la perspectiva de unos y otros sobre la situación presente y futura del país.

El tema no ha pasado inadvertido por la Junta de Gobierno del Banco de México.

"Lo que hemos detectado… es que se percibe una brecha entre la confianza de los consumidores y el clima de negocios y la inversión", algo que no es exclusivo del país, dijo el gobernador Alejandro Díaz de León en la presentación del informe trimestral de inflación.

En México, "el entorno de incertidumbre… y su efecto en esta brecha entre la inversión y la percepción por el lado del consumo es uno de los elementos que hacia adelante probablemente sean más complejos" en términos de expectativas, dijo.

Veamos algunas cifras del Inegi que ilustran muy bien el contraste de percepciones:

En diciembre, la confianza del consumidor creció 22.9 por ciento anual y en enero repuntó 32.8 por ciento, pese al desabasto de combustibles, los bloqueos a las vías férreas en Michoacán y los conflictos laborales en Tamaulipas.

Pero en febrero se disparó 42.1 por ciento anual y el índice escaló a su máximo histórico.

Tanto a finales de 2018 como a principios de 2019 reflejó, principalmente, el incremento en los indicadores sobre la percepción de los consumidores respecto a la situación económica presente y futura del país.

Ese optimismo lo refuerza la medición del 'bienestar subjetivo', donde el nivel de satisfacción con la vida reportado por la población adulta urbana en enero fue el mayor en la historia de la serie desde 2014.

Sin embargo, la confianza de los consumidores y hogares no se corresponde con la cautela que muestran los empresarios y negocios nacionales.

En febrero, el Indicador de Confianza Empresarial Manufacturero se ubicó en 51.3 puntos y se mantuvo, por segundo mes consecutivo, por arriba del nivel de 50 puntos, que separa el optimismo del pesimismo.

Pero de los cinco componentes que integran el indicador, el que pregunta a los empresarios manufactureros si este es el "momento adecuado para invertir", refleja que en el sector se siguen postergando o frenando planes de inversión.

Concretamente, se ubicó en 40 puntos –zona de pesimismo– e hiló 135 meses por debajo del nivel de 50 puntos.

Dicho de otra manera, la opinión pesimista para realizar inversiones en el sector manufacturero se ha mantenido inalterada por 11 años y tres meses.

Otro botón de muestra lo ofrece la encuesta que realizó el Banco de México en febrero entre especialistas en economía del sector privado.

El porcentaje de analistas que consideran que el clima de negocios en los próximos seis meses empeorará se mantuvo en 47 por ciento y sigue siendo la opinión predominante.

La proporción de los que piensan que la economía mexicana no está mejor que hace un año se mantuvo en 87 por ciento y es la idea preponderante.

Como remache, 63 por ciento de los especialistas cree que este es un mal momento para realizar inversiones y no sólo es la opinión predominante, sino que es la segunda más alta desde 76 por ciento en diciembre.

Los indicadores sobre la confianza de los negocios retratan la perspectiva de debilitamiento de la economía mexicana, en línea con el deterioro de la inversión.

Veremos a qué visión la realidad le da la razón.

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