No hubo sorpresas: en 2020 se registró la mayor contracción de la economía mexicana en prácticamente 90 años, que afortunadamente no comprometió la estabilidad económica.
De acuerdo con la estimación preliminar del Inegi, en el periodo octubre-diciembre el PIB de México registró un crecimiento trimestral de 3.1 por ciento, después de un rebote de 12.1 por ciento en el trimestre julio-septiembre previo, posterior al colapso económico de abril y mayo por el confinamiento.
La caída del PIB en todo 2020 fue de 8.5 por ciento respecto al año anterior, que se confirma como la contracción más profunda de nuestra economía desde 1932.
Todavía en diciembre, en una de sus conferencias matutinas, el presidente López Obrador dijo que había 'otros datos' que apuntaban a una mejoría en la estimación del PIB de México para 2020, por lo que "podemos estar en menos 8 por ciento y esto significa estar mejor que en otros países". No por mucho, pero le falló su proyección.
Además, la economía mexicana se 'achicó' a un tamaño similar al de seis años antes, pues su valor en 2020 es parecido al que tenía en 2014.
¿Qué factores están detrás de la mayor caída del PIB desde la Gran Depresión, cuando se contrajo casi 15 por ciento?
Básicamente tres. En primer lugar, y de manera destacada, la pandemia de Covid-19, que no sólo impuso costos significativos a los mexicanos, donde el más importante es la pérdida de 156 mil 579 vidas humanas hasta ayer.
También tuvo costosas implicaciones para la economía, al provocar la más severa contracción del PIB de la que se tenga registro en las últimas nueve décadas.
En segundo término, la falta de una respuesta significativa de política fiscal para 'vacunar' a los sectores más afectados por la crisis, como la industria y el comercio y los servicios, al igual que las micro, pequeñas y medianas empresas.
Y en tercer lugar, la debilidad que ya mostraba la economía mexicana desde antes de la pandemia.
De hecho, desde 2019 ya había ausencia de crecimiento, pues en ese año el PIB se contrajo 0.1 por ciento.
En medio de la incertidumbre asociada a la pandemia y el proceso de vacunación, la previsión para los primeros meses de 2021 es una recuperación económica aún más lenta y débil que la observada en la parte final del año pasado.
Las restricciones y el cierre de 'actividades no esenciales' para contener el acelerado repunte de contagios y fallecimientos por Covid-19 están teniendo un fuerte impacto sobre la economía, por lo que no se descarta una contracción del PIB en el primer trimestre del año.
Trece entidades federativas regresan a semáforo rojo, que representa el nivel máximo de riesgo epidemiológico, ante el agravamiento de la pandemia.
La economía deberá seguir adaptándose a la trayectoria de la pandemia, que todavía no está bajo control ni lo estará pronto aun con las vacunas contra Covid-19.
El consenso de los analistas de mercados financieros anticipa un crecimiento para México en 2021 de 3.5 por ciento, aunque hay pronósticos más optimistas, como el del FMI, que espera un repunte de 4.3 por ciento, sujeto a la recuperación de Estados Unidos y los estímulos internos, hasta ahora insuficientes.
En caso de que se diera el 'rebote' del PIB de 4.3 por ciento en este año, implicaría recuperar apenas la mitad de lo perdido en 2020.
La pregunta sigue siendo cuánto tiempo tomará regresar a los niveles de actividad económica previos a la pandemia.
La mayoría de los escenarios de recuperación sugieren que no será sino hasta 2023 o 2024. Pero si se considera el PIB per cápita, más de tres años. ¿Sexenio perdido?