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‘Bajo cero’, el clima económico

Los indicadores disponibles de la actividad económica en el país apuntan a una evolución poco favorable al cierre del año anterior.

El estancamiento de la actividad económica de México se refleja prácticamente en todos los indicadores disponibles, que apuntan a una evolución poco favorable al cierre de 2019.

Lo que sugieren es que no sólo la debilidad de la economía persistió en el cuarto trimestre, sino que probablemente se registró una contracción moderada en el año. Veamos.

Automotriz. En diciembre, la producción y las exportaciones de vehículos ligeros registraron caídas de 12.6 y 16.7 por ciento anual, respectivamente.

La industria automotriz está en un periodo de contracción, pero en el último mes del año el retroceso se agudizó.

En el caso de las exportaciones, fue la primera disminución en un diciembre desde 2012.

El entorno no es favorable para la industria, pues en los meses recientes el declive de las exportaciones automotrices y del ensamble de autos fue acentuado por el cambio de líneas de producción en varias armadoras y las afectaciones causadas por la huelga de 40 días en General Motors de Estados Unidos.

Inversión. Respecto a la confianza de los empresarios en México, sus indicadores principales mostraron debilidad en el último mes de 2019.

El poco optimismo, por no decir que el pesimismo de los directivos empresariales, explica la tendencia declinante de la inversión productiva y la actividad industrial en los meses recientes.

El Inegi informó el lunes que en octubre de 2019 la inversión fija bruta mantuvo su trayectoria decreciente con una caída de 8.7 por ciento anual, su noveno retroceso al hilo.

A su interior, persistió el desempeño desfavorable de la inversión en construcción, que se contrajo 8 por ciento.

Industria. La actividad industrial continuó con una tendencia negativa, pues si bien aumentó 0.8 por ciento en noviembre respecto a octubre, en su comparación anual descendió 1.7 por ciento.

Con esa cifra, el sector industrial de México acumuló 14 meses consecutivos en zona de contracción.

Si bien la minería –donde se refleja la actividad petrolera– pasó a terreno positivo por primera vez en 13 meses y la construcción moderó su caída de 8.8 por ciento anual en octubre a 3.2 por ciento en noviembre, el sector de las manufacturas aceleró su baja de 1.2 a 2.2 por ciento anual en igual periodo, que es su mayor revés desde octubre de 2009.

El retroceso de la producción manufacturera se corresponde con la caída de las exportaciones y la debilidad de ese sector en EU durante noviembre.

Empleo. Lo más preocupante es que el deterioro de la actividad industrial en México ha agravado la pérdida de empleos formales.

En diciembre se perdieron 382 mil empleos formales, la mayor baja de puestos de trabajo para un último mes de año desde que se tiene registro (1997), aun cuando hay un componente estacional en cada cierre de ejercicio.

Durante 2019 la creación de empleos formales fue de 342 mil plazas y reportó su menor nivel desde las crisis de 2009, según los registros del IMSS.

Consumo. El consumo privado aún mostró debilidad en octubre, cuando decreció 0.8 por ciento mensual, pero avanzó 1.5 por ciento anual.

Eso se explica, sobre todo, por la reactivación del consumo de bienes importados, pues las compras de bienes y servicios de origen nacional continúan deprimidas.

Los indicadores económicos disponibles apuntan a un débil cierre de 2019, año en el que, probablemente, el crecimiento de México se ubicó por debajo de cero.

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