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Desequilibrios en el mercado laboral

La llamada brecha laboral, que contempla a los desocupados, inactivos disponibles para trabajar y subocupados, se ubicó en 17.3 por ciento de la PEA potencial.

En el cuarto trimestre de 2023, el mercado laboral en México continuó mostrando fortaleza.

Ello se refleja en que la tasa de desocupación nacional permaneció en niveles históricamente bajos.

En el periodo octubre-diciembre, con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI, la tasa de desocupación nacional se situó en promedio en 2.7 por ciento, por debajo de 3 por ciento del mismo trimestre de un año antes.

Se trata de la tasa más baja desde que inició el levantamiento de la ENOE trimestral en 2005.

Las cifras del INEGI muestran que ello fue fruto de la creación de ocupación y de la reducción de la informalidad laboral.

En el lapso octubre-diciembre de 2023, la tasa de participación laboral, que representa a la PEA respecto a la población de 15 años y más, fue de 60.5 por ciento.

Pero en cuanto a las diferencias por género, la tasa de participación en el caso de los hombres se sitúa en 76.4 por ciento y la de las mujeres, en 46.5 por ciento, lo que arroja una brecha de 29.9 puntos porcentuales.

Esta brecha de género tan amplia pudiera representar una alteración de carácter estructural en el funcionamiento del mercado laboral.

Algunos de los indicadores dejan constancia de otros desequilibrios en el mercado laboral mexicano:

La población en edad de trabajar en México, la de 15 años y más, es de 100.8 millones de personas, según la ENOE con los resultados del cuarto trimestre de 2023.

De ellas, 61 millones conforman la población económicamente activa (PEA) y 39.8 millones, la no económicamente activa.

Dentro del primer bloque, 59.4 millones se encontraban ocupadas y 1.6 millones estuvieron desocupadas en el periodo octubre-diciembre.

Del segundo bloque, 5.1 millones se declararon disponibles para trabajar.

Estas personas no tenían trabajo y no buscaron activamente uno, pero tendrían interés en trabajar si se les presentara la oportunidad.

Las otras 34.7 millones de personas declararon no estar disponibles para trabajar porque tenían que atender otras obligaciones, o tenían interés, pero su contexto impedía que pudieran hacerlo, como impedimentos físicos, obligaciones familiares u otras condiciones.

El grupo de 5.1 millones conforma la población no económicamente activa disponible para trabajar y, de acuerdo con el INEGI, se le considera dentro del sector que eventualmente puede participar en el mercado laboral.

Algunos analistas económicos caracterizan a la población disponible como ‘desempleo encubierto’, porque si bien no buscaron trabajo, aceptarían uno si se los ofrecieran.

Si se incorporan los disponibles a los que están en condición de desocupación abierta, se tendría una tasa de desempleo extendida que ronda el 10 por ciento, que marca gran contraste con la tasa de desocupación nacional de 2.7 por ciento.

Por su parte, la población subocupada, que es la que ya está ocupada, pero tiene necesidad y disponibilidad de trabajar más tiempo de lo que su ocupación actual le demanda, fue de 4.6 millones en el cuarto trimestre de 2023.

La suma de la población desocupada, la disponible para trabajar y la subocupada es de 11.3 millones de personas en el país.

La llamada brecha laboral, que contempla a los desocupados, inactivos disponibles para trabajar y subocupados, se ubicó en 17.3 por ciento de la PEA potencial, si bien se sitúa 2.3 puntos porcentuales por debajo de su nivel del primer trimestre de 2020, previo a la pandemia.

Además, si se observa a la población ocupada en función de la posición que guarda dentro de su trabajo, hay 2.2 millones que no recibieron remuneración.

La ENOE también indica que, de las personas ocupadas, la suma de todas las modalidades de empleo informal fue de 32.5 millones. Esto quiere decir que 26.9 millones tienen una ocupación formal.

La tasa de informalidad laboral, que es el porcentaje de la población ocupada que se clasifica como informal, fue de 54.8 por ciento.

En este caso, la buena noticia es que la tasa de informalidad laboral ya pudo disminuir de 55 por ciento hasta alcanzar en el periodo octubre-diciembre niveles históricamente bajos.

Sin embargo, el gran reto es la integración de 32.5 millones de personas al sector formal.

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