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Golpe a Pemex y mensaje al gobierno

La reciente calificación de Moody’s impone un reto significativo al gobierno mexicano para asegurar la viabilidad de Pemex a mediano y largo plazos.

La tarde de este viernes, Moody’s anunció que redujo la calificación crediticia de largo plazo en moneda extranjera de Pemex en dos escalones, a B3 desde B1, manteniendo la perspectiva negativa.

Con esta degradación, la calificación de la empresa petrolera cae seis niveles por debajo del grado de inversión y se posiciona en el último lugar de la escala considerada especulativa y de alto riesgo crediticio.

La calificación de la petrolera estatal de México por parte de Moody’s se hunde aún más en el territorio especulativo, con riesgo de caer a la escala de mala calidad y muy alto riesgo crediticio.

La agencia señaló que esta acción “incorpora el deterioro de la calidad crediticia intrínseca de Pemex, así como la revisión del supuesto de Moody’s con respecto al apoyo que recibe la compañía del gobierno, el cual pasó a alto desde muy alto”.

El cambio de calificación “prevé los supuestos de Moody’s sobre una probable modificación de la voluntad de respaldar el pago de servicio de la deuda completo en los siguientes años, en vista de las necesidades de efectivo incrementales de Pemex y las proyecciones de Moody’s de un mayor deterioro de las condiciones fiscales del gobierno en 2024″.

Según la agencia, “este deterioro se debe a un aumento considerable del déficit, impulsado por el gasto social, los costos de endeudamiento persistentemente altos y gastos elevados en proyectos emblemáticos”.

Además, “Moody’s prevé que el costo de cualquier apoyo brindado por el próximo gobierno, que se espera en 2024-25, probablemente será mayor”.

Mientras que la perspectiva negativa de la calificación B3 de Pemex refleja principalmente la expectativa de Moody’s de que, a menos que se lleve a cabo una reforma estructural en su estrategia de negocio, “los indicadores crediticios y la generación de flujo de efectivo” de la empresa “sufrirán un mayor deterioro en los próximos tres años”, lo cual aumentará la necesidad de apoyo.

Esto impone un reto significativo al gobierno mexicano de esta administración y la siguiente para asegurar la viabilidad de Pemex a mediano y largo plazos.

Pero también representa un riesgo para la sostenibilidad de las finanzas públicas y la calificación crediticia del gobierno soberano.

Por lo pronto, con la acción de Moody’s, el acceso de Pemex a los mercados de capitales seguirá siendo limitado dado su alto riesgo crediticio.

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