A 38 días del devastador paso del huracán Otis por Acapulco y Coyuca de Benítez, el diagnóstico del sector privado de Guerrero es alarmante.
Las principales cámaras y organizaciones empresariales de Acapulco y Guerrero estiman que entre 80 y 90 por ciento de la planta productiva local se encuentra “tocada, semidestruida o en pérdida total”.
La planta productiva está basada principalmente en los sectores turismo, comercio, servicios y construcción en Acapulco, así como agroindustrial en la mayor parte de Coyuca.
Con datos de fuentes oficiales, la estimación de pérdida de empleo a corto plazo es de alrededor de 100 mil puestos de trabajo sumando formales e informales.
Se proyecta que no menos de 30 mil trabajadores del sector formal quedarán sin empleo inmediatamente, por un periodo que puede ser muy largo o corto, dependiendo de la activación de su fuente de trabajo.
Dado que Acapulco tiene una tasa de informalidad laboral del orden del 67 por ciento, se estima que no menos de 40 mil de estos trabajadores perdieron totalmente su fuente de ingreso ligada al sector turístico, el de servicios o el restaurantero.
De acuerdo con el sector privado de Guerrero, se trata de la crisis de empleo más fuerte que haya enfrentado ciudad alguna del país, con graves consecuencias que impactarán en lo social, económico y político no sólo en Acapulco, sino en todo el estado.
“No exageramos al plantear que la problemática social, económica y política derivada de la crisis de empleo que ocasionó Otis, puede rebasar las expectativas si no la dimensionamos adecuadamente”, advierte la Comisión Ejecutiva del Consejo de Cámaras Industriales y Empresariales de Guerrero (Concaingro), que preside Julián Urióstegui, en una carta enviada esta semana al secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O.
El organismo empresarial prevé que el horizonte de recuperación económica, sin acciones públicas y privadas coordinadas, puede ser de hasta cinco años.
Recientemente, BBVA México estimó que la economía de Guerrero padece los estragos del huracán Otis, por lo que su PIB caerá 11.7 por ciento en el cuarto trimestre de este año con respecto a los tres meses previos.
Esa es la razón por la que la institución financiera recortó a la mitad su expectativa de crecimiento para Guerrero, de 2.2 a 1.1 por ciento, en todo 2023.
Además de que será la entidad con el peor desempeño económico estatal, la recuperación de la actividad tardará entre tres y cuatro años, pronosticó BBVA.
Por lo pronto, dada la cercanía en el calendario del desastre natural del 25 de octubre en Acapulco con diciembre, la temporada turística de fin de año, que representa 30 por ciento de las ventas anuales, en 2023 será la más baja desde que se tiene registro, estima la Concaingro.
El objetivo de los organismos empresariales es recuperar Acapulco, por lo menos al nivel en que se encontraba antes de Otis, con la oportunidad de modernizar la infraestructura turística pública y privada para que sea más competitiva.
La recuperación de los miles de empleos perdidos, que dependerá de la reactivación de los centros de trabajo, requiere acciones extraordinarias, como declarar al puerto y al municipio de Coyuca como zonas francas, es decir, exentas del pago del ISR e IVA, así como la deducción de pérdidas fiscales al 100 por ciento, por un periodo de uno hasta tres años.
Esta propuesta, entre otras, fue formulada a Ramírez de la O en la carta enviada por la Comisión Ejecutiva del Concaingro, que previamente planteó el tema al presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Francisco Cervantes.
El argumento es que la declaración de zona franca existe en 18 lugares del país, incluido el corredor interoceánico del Istmo de Tehuantepec.
Los tiempos para la recuperación del puerto corren con un primer objetivo: la organización del Tianguis Turístico 2024 en Acapulco, previo a la Convención Bancaria.
De los 19 mil 200 cuartos de oferta hotelera formal en el destino, sólo 3 mil 500 habitaciones podrían estar habilitadas para principios de abril, cuando se realizará el Tianguis.
La reconstrucción del puerto y recuperar la marca Acapulco son un enorme reto a diez meses del relevo presidencial.