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¿Mantendrá el peso su fuerte apreciación?

Los diferenciales entre las tasas mexicanas y estadounidenses son uno de los factores principales que han contribuido al buen comportamiento del peso.

En Estados Unidos y México continúa el proceso desinflacionario, siendo en estos tiempos más acentuado en la economía mexicana.

En abril la inflación general en México –con redondeo de cifras– registró una tasa anual de 6.3 por ciento, su menor nivel desde octubre de 2021, después de que en marzo se posicionó en 6.9 por ciento, con lo que presentó una desaceleración importante.

En Estados Unidos, el índice de precios al consumidor disminuyó de 5 por ciento a tasa anual en marzo a 4.9 por ciento en abril, su menor nivel en dos años, desde abril de 2021.

Además, ligó diez meses consecutivos con una tendencia a la baja, desde el pico de junio pasado en 9.1 por ciento.

Por su parte, el componente subyacente se ubicó en 5.5 por ciento anual, en línea con la expectativa del mercado, con lo que se replegó desde 5.6 por ciento en marzo.

¿Qué pasa en México con la inflación subyacente, que excluye los precios más volátiles, como los agropecuarios y energéticos?

La inflación subyacente anual descendió de 8.1 por ciento en marzo a 7.7 por ciento en abril, su nivel más bajo desde julio de 2022.

El componente subyacente, que siempre es el mejor referente de la trayectoria inflacionaria en el mediano y largo plazos, mantiene resistencia a disminuir tanto en EU como en México.

No obstante, cuando se compara el componente subyacente, en México tenemos 2.2 puntos más de inflación con respecto a EU.

Y si nos vamos al índice general, México tiene 1.4 puntos más de inflación con relación a EU, pese que, recientemente, aquí ha bajado más rápido que allá.

Si bien hay diferencias en las dinámicas inflacionarias entre ambas economías, el Banco de México y la Reserva Federal de EU ya habrían transitado a la etapa final del ciclo alcista de sus tasas de interés.

No obstante, el panorama inflacionario, aún complejo pero menos adverso que en 2022, no justifica un relajamiento en los esfuerzos por controlar la inflación.

Desde que inició el ciclo de alzas en junio de 2021, la tasa de referencia en México acumula un incremento de 725 puntos base, al pasar de 4 a 11.25 por ciento.

De acuerdo con estimaciones de Banxico, esto lleva la tasa real de corto plazo a un nivel restrictivo de aproximadamente 6.5 por ciento.

Es una tasa históricamente alta y se sitúa muy por encima de la tasa neutra, que es donde la política monetaria no tiene efectos sobre el consumo, la inversión y el crédito. Es decir, donde la tasa de Banxico no produce ‘frío ni calor’ en la economía.

El nivel restrictivo alcanzado es más intenso respecto a otras economías latinoamericanas importantes y, sobre todo, a EU, cuya tasa de fondos federales –la de referencia de la Fed– se ha incrementado en 500 puntos base durante los últimos 15 meses.

Esa es la razón por la que Banxico y la Fed apuntan a una posible pausa en su ciclo de alzas, si bien se prevé que mantendrán sus tasas de interés elevadas por unos meses.

Los elevados diferenciales entre las tasas mexicanas y estadounidenses son uno de los factores principales que han contribuido al buen comportamiento de la moneda nacional.

Claro que también la han apoyado los fundamentos macroeconómicos sólidos del país.

Esta semana el tipo de cambio alcanzó niveles de 17.55 pesos por dólar, que no se observaban desde julio de 2017.

No sólo eso, sino que en lo que va del año el peso acumula una apreciación de 9.9 por ciento, posicionándose en los primeros lugares de las monedas de países emergentes que presentan mayores ganancias frente al dólar.

Esta semana la moneda mexicana fue apoyada por las cifras de inflación en EU, que al disminuir y ubicarse por debajo de lo anticipado, refuerzan la expectativa de que la Federal ha concluido el ciclo de incrementos a la tasa de fondos federales, ocasionando un debilitamiento de la divisa estadounidense.

Dado que se prevé que Banxico mantendrá inalterada la tasa de referencia en su próxima decisión del 18 de mayo, es poco probable que continúe la fuerte apreciación cambiaria del peso.

Pero tampoco hay que esperar presiones sobre el tipo de cambio al grado de provocar inestabilidad cambiaria.

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