El presidente López Obrador refrendó ayer su compromiso de “respetar las decisiones” del Banco de México, que en la víspera aumentó su tasa de interés de referencia de 9.25 a 10 por ciento, nivel máximo histórico.
“A veces nos gustaría que (en el Banco de México) no sólo se ocuparan, aunque es importante el control de inflación, por eso aumentan la tasa, sino que también equilibren cuidando el crecimiento, y se van más siempre por el combate a la inflación y no al fomento al crecimiento”, dijo el mandatario en su conferencia matutina desde Mérida, en Yucatán.
La referencia al crecimiento económico no es la primera manifestación de AMLO, si bien a nivel de ‘opinión’, para que Banxico no sólo vele por la estabilidad de precios, sino también coadyuve al crecimiento.
“Por qué aumentan la tasa”, preguntó López Obrador para en seguida responder: “porque de esa manera baja la inflación, nada más que se corre el riesgo de que se paralice la economía y de que no haya crecimiento económico porque suben las tasas”.
Nadie le ha dicho al presidente que, hasta ahora, no hay evidencia de que el aumento de la tasa de Banxico, al ritmo al que lo ha venido haciendo, haya afectado las perspectivas de crecimiento del país.
Las cifras mensuales del Indicador Global de la Actividad Económica sugieren que se registró una aceleración en el ritmo de crecimiento de 0.5 por ciento en julio a 1 por ciento en agosto.
Además, de acuerdo con la estimación oportuna del PIB de México, en el tercer trimestre del año la actividad económica creció 1 por ciento, ritmo apenas superior al de los tres meses previos, pero mejor al anticipado por el consenso de analistas.
A partir de esos datos, se presentó una revisión al alza en las expectativas de crecimiento de la economía mexicana para el cierre de 2022.
De golpe, el consenso de analistas consultados por Citibanamex para la encuesta publicada el 7 de noviembre ajustó al alza la previsión de crecimiento a 2.5 por ciento desde 2 por ciento dos semanas antes.
Ante el panorama de presiones inflacionarias persistentes, AMLO afirmó ayer que “aquí se ha hecho bien (el endurecimiento de la tasa de interés por parte de Banxico), aunque es alta, pero se ha hecho gradualmente”.
Por el contrario, “en Estados Unidos yo siento que se demoraron en aumentarla y lo están haciendo (…) muy rápido, aunque ya tiene efectos” sobre la inflación.
Ciertamente Banxico comenzó su ciclo de alzas en el verano de 2021, muy por delante de la Reserva Federal de EU, que inició su ciclo en el primer trimestre de este año.
Desde entonces, Banxico se ha movido exactamente a la par de la Fed.
En Estados Unidos, la inflación general disminuyó de 8.2 por ciento anual en septiembre a 7.7 por ciento en octubre, mientras que la subyacente se redujo de 6.6 a 6.3 por ciento anual en igual periodo.
En México, la inflación general registró en octubre una tasa anual de 8.4 por ciento, después de que en septiembre se ubicó en 8.7 por ciento, con lo que presentó su primera moderación en cinco meses.
Sin embargo, la inflación subyacente se incrementó de 8.3 a 8.4 por ciento anual entre septiembre y octubre, con lo que mantuvo la tendencia al alza que ha presentado desde diciembre de 2020.
A su interior, la inflación de las mercancías está en niveles de dos dígitos al reflejar las presiones sobre las mercancías alimenticias, cuya inflación anual se incrementó a 14 por ciento el mes pasado.
El hecho es que México tiene 0.7 puntos más de inflación general con respecto a EU. Pero si se compara el componente subyacente, México tiene 2.1 puntos más de inflación que EU.
La inflación subyacente, que excluye los precios más volátiles, como agropecuarios y energéticos, es un mejor referente de la trayectoria inflacionaria.
Más allá de lo que señalen las cifras en uno y otro país, lo importante es que mientras en México la inflación general es la más alta en dos décadas, en EU llegó a ser la más elevada en 40 años.
Como dijo recientemente Ana Botín, presidenta de Grupo Santander, “nuestro enemigo número uno, número dos y número tres es la inflación”. Hay que verlo así.