Lo Básico

Producir para consumir o hacer trueque

Como la Milpa, el truque ha sido una práctica milenaria que hoy la pandemia ha hecho resurgir entre los campesinos, logrando que obtengan los productos que más necesitan.

Producir frutas, hortalizas, granos y cualquier otro cultivo con rendimientos comerciales se lee fácil, pero la realidad es que requiere de infraestructura, capital y en algunos casos asesoría técnica.

No todos los pequeños productores lo logran, la mayoría obtiene niveles de autoconsumo.

Los datos duros reflejan que en el caso del maíz, de la Milpa o la siembra de temporal, de los 2.1 millones de productores que se benefician del programa Producir para el Bienestar (antes Procampo) el 85 por ciento son de autoconsumo, no tienen excedentes para la venta.

Históricamente el trabajo en la Milpa ha sido para alimentarse, para ser autosuficiente en la alimentación, sin embargo, la producción extensiva y comercial, que le deja dinero al productor, además de comida, ha ido creciendo y se ve como una aspiración, una meta.

Los trueques

En esta pandemia, los productores de Milpa en la península de Yucatán no sólo han mostrado que es posible producir para el autoconsumo o la venta, sino que también es posible hacer trueques.

En Campeche, cooperativas pesqueras de Isla Arena han hecho capturas de productos marinos que llevan a Halachó y los intercambian por las cosechas de los productores, como son frutas y hortalizas.

Entre municipios de Yuactán también se ha dado esta práctica, como los pescadores de Dzilam de Bravo con los agricultores de Dzidzantún.

El truque también ha sido una práctica milenaria que hoy la pandemia ha resurgido entre los productores, logrando que obtengan los productos que más necesitan.

Sin embargo, la liquidez, el dinero en efectivo sigue siendo necesario para otros productos y servicios como la gasolina, el transporte, las medicinas, insumos para la siembra, entre otros.

Esa liquidez es la que ha activado el gobierno federal entre el sector más vulnerable, el más pobre.

En el campo se hace con los apoyos antes de la siembra, para el caso de productores de maíz, café, caña, frijol, trigo y arroz.

Víctor Suárez, subsecretario de autosuficiencia alimentaria, es el responsable de la dispersión a los 2.1 millón de productores empadronados y para los que hay una bolsa de 11 mil millones de pesos.

La dispersión estará al 90 por ciento en el mes de julio y dará liquidez, sin embargo, hay una conciencia plena de la economía campesina, de la economía milpera, en la que se produce para alimentarse y se complementa el ingreso con otras actividades como la miel y las hortalizas.

El reto para las políticas públicas ahora es que el 85 por ciento que sigue produciendo para comer, logre mejores rendimientos, y que las otras actividades que hoy ven en complemento en el ingreso, como la miel, sean priorizadas y reciban también un precio de garantía.

La meta del gobierno es que 35 por ciento de los productores logre niveles de producción con excedentes para comercializar. Hoy son el 15 por ciento.

Mientras tanto, los productores seguirán produciendo y consumiendo y puede ser que sigan practicando el trueque entre comunidades.

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