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Los cambios que vienen

Una vez cerrado el proceso electoral se avizoran cambios en varios frentes en la llamada cabeza de sector agropecuario, la Sader.

Una vez cerrado el proceso electoral se avizoran cambios en varios frentes en la llamada cabeza de sector agropecuario, la Sader, que ya se venían preparando con antelación.

Uno de ellos es el cierre definitivo de las oficinas y áreas de la antigua Aserca, donde se llevaba a cabo el programa de incentivo a la comercialización del modelo neoliberal.

En esta área, Apoyos y Servicios a la Comercialización (Aserca), era donde se concentraban los recursos para que los productores de granos y oleaginosas lograran vender sus cosechas a precios internacionales con compradores de gran escala.

Fue hace poco más de 10 años cuando los menonitas del norte del país relucían en los medios de comunicación como los vanguardistas en el manejo de la computadora, internet y los precios de la Bolsa de Chicago en Estados Unidos.

El programa consistía en cerrar contratos entre las grandes empresas consumidoras de granos como las harineras, o los engordadores de aves, res y cerdo; así que participaban Bachoco, SuKarne, los porcícolas de Sonora y hasta las cerveceras para la compra de cebada.

El contrato era para que pagaran al productor al precio internacional y les daban una cobertura, para que si el precio subía, no les afectara a los compradores y si bajaba, no les afectara a los productores.

Incluía un ingreso objetivo, que era el mínimo a pagar, si es que la bolsa de granos de EU se desplomaba.

Quienes más usaron y se beneficiaron del programa fueron los productores del norte del país, quienes alcanzan niveles comerciales y los compradores con la garantía de cosechas a precios con coberturas.

Ese programa cerró, finalizó con la llegada de la cuarta transformación y se dio paso a Segalmex, quien compra a precios parejos para todos, tanto del norte como del sur, sin coberturas para los grandes, que tienen la capacidad de pagar.

Sin embargo, la fuerza laboral de Aserca y sus oficinas no desaparecieron de tajo, el proceso ha sido paulatino y fue apenas en Mayo con el nuevo organigrama de la Sader que se da punto final a este programa y a sus oficinas.

En Yucatán, operaba una oficina especial en el tema, que en su momento incentivó la llamada agricultura por contrato para maíz y soya en las cosechas comerciales del estado, para el maíz, las que se logran del ciclo otoño-invierno y para soya de las que se logran en primavera-verano.

Este programa afianzó la iniciativa de la siembra de soya en la entidad, que aún se mantiene, ya que las siembras no han disminuido desde que se acabó el programa o inició la cuarta transformación.

Otro de los cambios podría darse en las representaciones estatales, como es el caso de Yucatán, donde opera Ubaldo Jiménez Aguado, quien fue asignado en lugar de Juan Carlos Gamboa Bustamante desde marzo.

Jiménez podría ser removido en breve, ya sea por los movimientos políticos o por su historial, pues entre el sector administrativo y la cúpula agropecuaria es sabido que su historial no es favorable, tanto en su ejercicio como servidor público como en su labor en los gobiernos anteriores.

A la mitad de gobierno solían darse los cambios en el llamado periodo neoliberal, y en esta cuarta transformación se han ido dando a lo largo del camino, porque como lo ha dicho el mandatario federal, no todos coinciden, comulgan y están de acuerdo con servir al pueblo, en lugar de servirse del pueblo.

Así que podrían venir cambios en estas o en otras áreas. Ojalá que se contemple también al sector pesquero.

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