Opinión Salvador Garcia Linan

Claves para prevenir la corrupción médica

Nadie vigila que en el ejercicio médico en el país se ejerzan desempeños de transparencia y legalidad, y el obligado compromiso profesional y el fortalecimiento de la honestidad de los médicos.

El autor es asesor de imagen corporativa, profesor universitario y conferencista.

Esta columna titulada Comunicación Médica no puede dejar de lamentar que en hospitales de lujo, en los consultorios de barrios para pobres y en los burocratizados IMSS e ISSSTE, la corrupción y los servicios médicos deficientes están instalados desde hace mucho tiempo como uno de los principales delitos no castigados cuyas víctimas son los enfermos y convalecientes.

"Cuando el general Álvaro Obregón llegó a Querétaro y se enteró que varios médicos de la alta sociedad se negaban a atender a los heridos de las batallas, ordenó su aprehensión para hacerlos cumplir –sin dinero de por medio– y por la fuerza, con su deber. No curar era ya una incipiente corrupción en la historia médica de nuestro país. Sin percibirse aún resultados satisfactorios, existe la promesa del nuevo gobierno de acabar con la corrupción en sus instituciones médicas y hospitalarias.

Todos los días en los periódicos mexicanos nos enteramos de la tajada que reciben los médicos de México por prescribir los medicamentos distribuidos por laboratorios específicos. La asistencia a seminarios de medicina en el extranjero, los médicos invitados viajan con todos los gastos pagados por haber prescrito únicamente ciertos medicamentos.

Nunca hemos escuchado que cualquiera de las instituciones que agrupan a médicos de cualquier especialidad hayan multado a uno de sus médicos por recetar únicamente los medicamentos de un cierto laboratorio.

Nadie vigila que en el ejercicio médico en el país se ejerzan desempeños de transparencia y legalidad, y el obligado compromiso profesional y el fortalecimiento de la honestidad de los médicos y los directores de los hospitales para realmente curar a los enfermos al recetarles con los medicamentos correctos, no con los que les pagan por recetarlos, aunque sepan que el enfermo no está siendo medicado con los medicamentos correcto, sin importar el nombre del laboratorio farmacéutico que los prepara.

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