Salvador Garcia Linan

Catedral de catedrales II

Salvador García Liñán indica que existe un peligro en la reconstrucción de la catedral de Notre Dame, ya que esta puede no ser llevada a cabo, sin el uso de las técnicas de reconstrucción que requiere específicamente para esta joya histórica.

Es un hecho que la catedral de Notre Dame no podrá ser reconstruida exactamente como era antes del trágico y evitable incendio del 15 de abril de 2019. El gobierno de Francia planea la reparación como un secreto de Estado, ya que el incendio de la catedral no fue un imponderable del destino. Fue una inadmisible ausencia de previsión. ¡Hay responsables!

Una alternativa ante el uso original de materiales forestales peligrosos (madera de troncos de árboles) en el techo de la catedral como elementos estructurales, es la utilización de técnicas cuidadosas de ingeniería modernas. Notre Dame puede ser descrita como un recurso estratégico intangible e invaluable con muy pocos equivalentes globales. Es una hermosa joya del arte gótico con una cantidad innumerable de tesoros arquitectónicos, incluyendo sus rosetones o grandes ventanales circulares con figuras diseñadas con vidrios de colores, para la entrada de luz.

El peligro es que la reconstrucción auténtica y respetuosa de la catedral puede no ser llevada a cabo, a pesar de la trágica destrucción parcial de un monumento invaluable de la humanidad, con el no uso de las técnicas de reconstrucción que requiere específicamente esa joya histórica.

Aunque se repare en su totalidad, mucho se perdió. La reparación correcta, por el tiempo que llevaría, será una pérdida para los millones de personas que no la podrán visitar en los próximos veinte años. Más de 750 millones de personas que nunca podrán estar en Notre Dame.

Por razones políticas el gobierno de Francia prepara a grandes prisas un proyecto de ley para lograr que la catedral se reconstruya en menos de cinco años para lucirla renovada en los Juegos Olímpicos de 2024.

Si el presidente de Francia tiene sensibilidad, la reconstrucción correcta llevaría cerca de veinte años, respetando la construcción tradicional de la catedral. Si el político Macron sigue mostrando prisa, la reconstrucción será renovadora, pero con el inmenso peligro de que por la prisa se improvisen elementos estructurales correctos pero inadecuados con el espíritu tradicional de la hermosa catedral.

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