Salvador Garcia Linan

Descenso al infierno

Una consecuencia grave de la violencia de los militares uniformados en Argentina fue la inseguridad y la intranquilidad de las familias.

Impresionante y la forma ilegal en la que la dictadura militar en Argentina, que dio un cuartelazo e implantó el poder militar en ese país, desaparecía a docenas de personas de todas las edades, muchos de ellos niños, jovencitos de ambos sexos, mujeres de todas las edades, embarazadas y muchos adolescentes, durante el ilegal cautiverio a que los condenaban a todo tipo de vejámenes, torturas y crímenes.

Los militares, con exceso de violencia y de crueldad, secuestraban a niños bebés, adolescentes y mujeres embazadas a quienes sometían a todo tipo de tormentos y sufrimientos y no había ninguna autoridad para denunciar a los militares torturadores y criminales.

Una consecuencia grave de la violencia de los militares uniformados en Argentina fue la inseguridad y la intranquilidad de las familias. El personal del Ejército y la Marina, al detener con violencia a adultos con sus hijos, los separaban de ellos y de sus abuelos, sin importar su edad y nunca sabían a dónde se los llevaban. Incluyendo bebés de pocos meses de nacidos, arrastrándolos, de un bracito o de una pierna, ante la desesperación de sus padres.

A muchos bebés y niños pequeños, cuyas madres habían sido torturadas y asesinadas en prisión, entregaban y donaban a esposas de militares sin hijos, que no habían podido quedar embarazadas, privando a los bebés y a niños pequeños de su verdadera identidad, para no poder identificarlos ni reconocerlos nunca más. De ahí la creación, pocos años después, de las madres y abuelas de niños secuestrados con sus madres de la Plaza de Mayo. Hablo de criaturas recién nacidas en cautiverio, ante el cruel asesinato de sus madres detenidas, de algunos meses o pocos años de edad.

Al terminar, la criminal, ilegal y cruel dictadura militar en Argentina, su recuerdo nunca será olvidado por todos los que la enfrentamos y la padecimos. Muchas familias que perdieron a sus hijos y que nunca pudieron recuperarlos sufren todos los días su desgracia ocasionada por la cruel e ilegal dictadura de los militares argentinos.

A los mexicanos nos queda ahora una tarea vital: cuidar y evitar que los militares mexicanos se abstengan de intentar y crear un gobierno de militares, gobernado por militares y marinos.

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