Salvador Garcia Linan

20 consejos para ayudarte a prevenir errores médicos I

Salvador García Liñán te recomienda solicitar información sobre tus medicinas en términos claros y sencillos, además de que preguntar al farmacéutico cuál es el mejor dispositivo para medir la cantidad de tu medicamento líquido o en polvo.

1. Asegúrate que todos tus médicos conozcan los medicamentos que estás tomando. Esto incluye medicamentos recetados, de venta libre y suplementos dietéticos, como vitaminas y hierbas.

2. Lleva todos tus medicamentos y suplementos a tus consultas médicas. No sus nombres. Tus medicinas pueden ayudarte y a tu médico a conversar sobre ellas y averiguar si hay algún inconveniente. También puede permitirle a tu médico a mantener tu Historia Clínica actualizada y suministrar una atención de mayor calidad y seguridad.

3. Asegúrate de que tu médico conozca cualquier alergia y reacción adversa que se hayan presentado con esas medicinas. Esto puede ayudarte a evitar otra medicina que podría dañarte.

4. Cuando tu médico escriba tu receta, asegúrate de que puedes leerla. Si no puedes leer la letra de tu médico, es posible que el farmacéutico tampoco pueda hacerlo.

5. Solicita información sobre tus medicinas en términos claros y sencillos que puedas entender, tanto cuando te recetan tus medicamentos como cuando los compras:

Pregúntale a tu médico para qué sirve cada medicina.

¿Cómo se supone que debes tomarla y por cuánto tiempo?

¿Qué efectos secundarios son probables? ¿Qué hacer si ocurren?

¿Es seguro tomar esa medicina con otros medicamentos o suplementos dietéticos que estás tomando?

¿Qué alimentos, bebidas o actividades debes evitar mientras tomas esa medicina?

6. Cuando te surtan tu medicina en la farmacia, pregunta: ¿Es este el medicamento que mi médico me recetó?

7. Si tienes alguna pregunta sobre las instrucciones en las etiquetas de tus medicamentos, solicita una explicación. Las etiquetas de los medicamentos suelen ser difíciles de entender. Por ejemplo, pregunta si "cuatro veces al día" significa tomar una dosis cada 6 horas durante 24 horas o sólo durante las horas del día.

8. Pregúntale al farmacéutico cuál es el mejor dispositivo para medir la cantidad de tu medicamento líquido o en polvo. Por ejemplo, muchas personas usan cucharas caseras que a menudo no contienen una cucharadita de líquido. Los dispositivos especiales, como las jeringas marcadas, ayudan a las personas a medir la dosis correcta.

9. Solicita información por escrito sobre los efectos secundarios que tu medicamento podría causar. Si conoces lo que podría suceder, estarás mejor preparado si sucede algo inesperado. Si estás en un hospital, considera preguntar a todo el personal de la salud que te "tocará" si se han lavado las manos. El lavado de manos puede prevenir la propagación de infecciones en los hospitales.

10. Cuando se te den de alta en el hospital, pídele a tu médico que te explique el plan de tratamiento que seguirás en tu casa. Esto incluye aprender sobre tus nuevos medicamentos. Asegúrate de saber cuándo programar citas de seguimiento y averiguar cuándo puedes volver a tus actividades habituales. Es importante saber si debes o no seguir tomando los medicamentos que estabas tomando antes de tu hospitalización. Obtener instrucciones claras puede ayudar a prevenir un viaje inesperado al hospital. (Continuará)

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